El viento, y más concretamente cómo afecta en el comportamiento de las MotoGP, es uno de los elementos clave en esta competición.
Una semana después de los primeros entrenamientos de la pretemporada 2018, Marc Márquez y Dani Pedrosa han vivido una experiencia diferente en Madrid, donde han disfrutado de la sensación de volar en el mayor túnel del viento de Europa. Los pilotos del equipo Repsol Honda han sentido lo que es flotar en el aire, como si hubieran saltado de un avión sin paracaídas. Posteriormente, han explicado en un túnel del viento horizontal la importancia que tiene la aerodinámica en muchos deportes, entre ellos el motociclismo.
Acostumbrados a alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h y prácticamente volar raso sobre los circuitos, hoy Marc Márquez y Dani Pedrosa se han puesto los monos de paracaidista y han echado a volar de verdad. En una cámara de 4,6 metros de ancho y 17 de alto, y gracias a cuatro potentes motores que generan una corriente vertical de velocidad regulable entre los 180 y los 300 km/h, los pilotos del equipo Repsol Honda han podido sentir en sus cuerpos el efecto del viento, capaz de sustentarles y hacerles flotar.
El viento, y más concretamente cómo afecta en el comportamiento de las MotoGP, es uno de los elementos clave en esta competición, donde la aerodinámica se ha convertido en un aspecto muy importante en el desarrollo de las motos. Honda dispone de su propio túnel del viento en Japón desde la década de los 70 y allí, Márquez y Pedrosa trabajan junto a los ingenieros de HRC para optimizar parámetros como la resistencia al viento o la carga aerodinámica, índices que afectan tanto a la velocidad punta como a las aceleraciones.
En los primeros entrenamientos del año en el trazado de Sepang (Malasia), Márquez y Pedrosa pudieron probar las últimas evoluciones de Honda en ese sentido, un trabajo que continuará dentro de ocho días en Tailandia, en los segundos entrenamientos oficiales de la pretemporada 2018