El uso del casco a la hora de ir en moto es obligatorio y no ponérselo conlleva una multa. De entre los tipos de casco existentes, está claro que los cascos modulares son una opción muy habitual especialmente para los moteros de ciudad. Facilitan algunos de los quehaceres más habituales que realizamos los que montamos en moto y ofrecen una protección mayor que los cascos abiertos. De la misma forma, nadie pone en duda que no ofrecen todas las ventajas que encontramos en los cascos integrales (seguridad, peso, ruido…).
¿Qué es un casco modular?
Aunque mayoritariamente se conozca como modular, cuando se habla de convertible o abatible, se está haciendo referencia al mismo tipo de casco. Se trata de un casco que tiene incorporado un mentón abatible en la parte frontal. De esta manera un mismo casco tiene dos usos: como jet, una vez se levanta la parte inferior, y como integral, cuando se devuelve a la posición original.
Los primeros cascos modulares empezaron a fabricarse en la década de los 80 con el objetivo de adentrarse en sectores como el urban y el mototurismo y adaptarse a las necesidades de muchos motoristas que buscan darle distintos usos a este elemento de protección pasiva.
Un punto imprescindible a la hora de escoger cascos modulares es conocer su homologación. En el caso del mercado europeo, los cascos abatibles deben cumplir la norma de homologación ECE/ONU R22. Eso sí, a partir de 2024, todos los modelos que se comercialicen en Europa estarán obligados a cumplir la nueva ECE/ONU R22.06, una norma que hace especial hincapié en la seguridad del casco modular de moto.
¿Cuáles son las ventajas de un casco modular?
En tareas como las de pagar en una gasolinera, visitar un cajero automático, hablar por teléfono cuando nos detenemos o conversar con otra persona, entre otras, está claro que las ventajas de un caso modular frente a las de un integral son muchas.
De hecho, los que se habitúan al uso de un casco convertible, es muy difícil que vuelvan atrás, en particular aquellos que utilizan a menudo la moto por ciudad y que en muchos momentos se sienten agobiados cuando usan un casco integral.
Son prácticos y versátiles: con un simple gesto, podemos subir la mentonera y la pantalla hacia arriba, y así dejar nuestra cara al descubierto para sentirnos más libres al realizar las tareas citadas, u otras como las de poner y quitar el antirrobo, o simplemente la de escuchar un mensaje de voz.
Además, también evita incidentes, tanto en circulación (frente a uno ‘Jet’), como fuera de ella, ya que no te obliga a llevarlo colgado de la mano o dejarlo provisionalmente en algún sitio mientras hacemos algún recado. Al llevarlo puesto en la cabeza tenemos las dos manos más libres y también evitamos que se lleve algún roce indeseado o que, incluso, se pueda caer y rodar por el suelo.
Y, sin ir más lejos, también es importante destacar que hay muchos cascos abatibles con preinstalaciones hechas para llevar intercomunicador, si es que no lo incorporan de serie ahora que ya están homolgados por la DGT.
¿Qué inconvenientes tiene un casco abatible?
Como es lógico, un casco modular conlleva algunos inconvenientes que deberemos asumir. En comparación con un casco integral de la misma marca y del mismo rango de precio, es más pesado y más rumoroso. Además, al contar con un diseño más complicado, su coeficiente aerodinámico es peor. Está claro que no existe el casco convertible que no produzca ruido al colarse el aire entre sus ranuras, pero algunos ya cuentan con cierres suficientemente herméticos.
Otro aspecto a considerar es el tipo de homologación. Muchos de los cascos no están homologados para poder circular con la mentonera levantada. Aunque lo más correcto y seguro es utilizarlos en su configuración cerrada, algunos permiten que circulemos con ellos en su configuración abierta. Para saberlo con exactitud, deberemos fijarnos en las siglas que aparecen en la obligatoria etiqueta de homologación que suele ir cosida a una de las correas o en el forro interior.
Por otro lado, al no estar fabricados de una sola pieza, no suelen ser tan seguros como uno integral, sobre todo si lo estás usando en formato “Jet” y, por lo tanto, con la mentonera subida. Y, por último, suelen ser más caros ya que cuentan con mecanismos que uno integral no necesita en su proceso de fabricación.
Consejos para elegir el mejor casco modular
Los cascos integrales homologados solo llevan la letra “P” de “Protective” y solo se puede circular con ellos cerrados. En el caso de incluir las siglas “P/J” de “Protective/Jet”, sí pueden utilizarse con la mentonera subida al ir en marcha. Además, estos consienten el desmontaje de la citada mentonera y utilizarlos como un casco abierto de tipo jet. Es importante mencionar que podemos ser multados si circulamos con un casco sin la sigla “J” en modo jet o abierto.
Tal y como sucede con los cascos integrales, es muy importante elegir la talla correcta de un casco modulable para que se ajuste bien a nuestra cabeza. Sin lugar a duda, la comodidad pasa a ser una necesidad fundamental: siempre hay que probarse el casco para asegurarse que te cubre bien la frente, que te ofrece buena visibilidad, que lo puedes modificar con guantes o que no te resulta molesto en el caso de que uses gafas, por ejemplo.
El casco es el elemento de seguridad más importante, pero no sirve de nada si no sabes elegir el casco, así que hay que tener en cuenta algunos otros aspectos para asegurarte una buena elección, como el material de la calota o los mecanismos de cierre, ya que se vuelven imprescindibles en caso de accidente.
¿Cómo funcionan los cascos modulares?
Con respecto a los mecanismos de apertura y cierre, existen varios sistemas dependiendo de cada marca. Lo más habitual es que el botón de apertura se encuentre en el interior de la parte central de la mentonera o en los laterales. Un aspecto a considerar es que en algunos modelos se intenta facilitar tanto la operación de accionamiento que el botón queda demasiado expuesto y se puede prestar a una apertura indeseada por algún roce fortuito. Por este motivo, es preferible que vaya escondido en la parte interior, aunque tampoco demasiado oculto, para que cuando lo utilicemos con guantes gruesos de invierno podamos presionarlo sin demasiados problemas.
Al igual que ocurre con los cascos integrales, dentro de los cascos abatibles existe una oferta muy amplia con precios muy variados y, lógicamente, con distintas características. Como es lo habitual, más dinero significa más cuidado en los acabados, mejores calidades y más robustez en los componentes del mecanismo de apertura y cierre.