No, no estamos hablando de emisoras con una programación aburrida, sino de las ruedas de radios de tu moto. Las ruedas “de radios” tipo bicicleta son las clásicas usadas por las motos de antaño.
Su estética las hace perfectas para los modelos estilo retro tan de moda. Las llantas de aleación ligera, aparte de esta ventaja consustancial a su nombre, -y precisamente por tener brazos sólidos de fundición-, permanecen incólumes al destensado.
Sin embargo, las radiadas precisan cierto mantenimiento.
Los radios son las “varillas” que unen el buje interno y el aro de la llanta. Por un extremo se fijan mediante una “cabeza” similar a la de un clavo. Por el otro, una rosca los acopla a la llanta a través de una cabecilla giratoria a modo de tuerca.
Dado que este conjunto soporta los esfuerzos a los que se ve sometida la rueda, los radios se aflojan con el tiempo.
Si no hacemos un mantenimiento regular, la rueda traspasará su falta de estabilidad a la moto, y esta “flaneará”.
Además, se producirán vibraciones en marcha y efectos extraños debido a que ya no estará perfectamente equilibrada, alineada y centrada respecto al buje.
¿Cómo saber si tu moto necesita un “tensado”?
Por un lado, observa si las ruedas de tu moto “no giran redondas” y tienen cierto movimiento alabeado. Pero aún sin llegar a ello, si no tienes un “tensionómetro” profesional, te bastará una herramienta metálica (como un destornillador) y “buen oído” para destacar qué radios no tienen la suficiente tirantez.
Golpéalos uno detrás de otro y siente su sonido cambiante.
Como en el caso de un instrumento de cuerda, los más tersos sonarán más agudos, y los “destensados”, más graves.
Para devolverles a todos ellos la firmeza debida, y que ésta a su vez “coloque” el aro de nuevo en su sitio, necesitarás una llave de radios.
Normalmente, tienen forma almenada, con diferente medida en cada apertura. En su defecto siempre podremos utilizar una llave fija de la medida adecuada (6~8 mm).
Para tensar un radio roscaremos la cabecilla poco a poco, comprobando su sonido después de cada paso hasta que todos “canten con el mismo tono”. Sin embargo, es posible que el aro gire aún con cierto juego axial (alabeo lateral).
Si asentamos un comparador de precisión a una botella o al basculante, mientras giramos la rueda, su vástago medirá los arcos del aro que se distancian de la referencia más que otros.
También podemos fijar un simple rotulador que marque los puntos de contacto.
Para corregirlo, aquí está la “alquimia” de un procedimiento que sólo dominan los especialistas, tensaremos el radio contrario a la zona citada. La rueda puede tener también juego radial, es decir, un descentrado de la llanta respecto al buje.
En este caso podemos intentar corregirlo destensando ligeramente los radios de la parte más próxima y tensando los opuestos. Pero esto no es todo, también puede padecer el “aparaguado”.
La herramienta llamada aparaguador o paraguas permite centrar la llanta en el eje de simetría del buje.
Apretando o aflojando todos los radios de lado que corresponda, lograremos que la distancia a los tubos del cuadro o horquilla sea la misma por ambos lados.
Ciertamente, por mucho que la canción diga que “el video mató a la estrella de la radio”, las llantas de aleación no han conseguido acabar con las clásicas radiadas… ni éstas con su obligado mantenimiento.
Foto cabecera: Daniel Hartwig | Flickr
Gracias por la información…