Lo primero que vas a necesitar, si no vas a ser tú el encargado de darle una nueva vida a esa joya, es un mecánico de confianza que sepa lo que hace y que sepa valorar el estado real de la máquina. Porque estas motos están fabricadas en una época en la que la manera de trabajar, de mimar los motores, de ensamblar las piezas, poco tiene que ver con el método actual. Si tienes a ese hombre o a esa mujer que maneja las herramientas como un verdadero artesano, puedes empezar a buscar con ciertas garantías.
¿Pero dónde? Antiguamente, era habitual encontrarse por los pueblos de España a personas que iban a la caza de perlas de dos ruedas olvidadas en garajes o graneros. Se llevaban maravillas de los años 50, 60 o 70 por cuatro duros, básicamente porque la persona que las guardaba no le daba demasiada importancia. Pero queda ya muy poco o nada donde rascar a nivel particular, así que, a día de hoy, lo más inteligente es recurrir a internet. También puedes intentarlo en talleres, pero ojo, seguramente te la venderán ya restaurada. En la red tienes dos opciones: los portales en los que se vende de todo o las webs especializadas. Nos centraremos en lo segundo, que es donde este tipo de productos se tratan con más profesionalidad. El portal de motos clásicas por excelencia en nuestro país es La Maneta. Ramón Ortiz es su creador y nos cuenta cómo va la cosa.
La página nació en 1999. Un par de años antes, este programador empezó a navegar por internet y escribió ‘moto clásica’ en el ya desaparecido buscador Altavista. No le salió nada. De ahí surgió la idea. Confirma que ya no existen motos tiradas por los campos, aunque ahora se está generando un nuevo sector de vendedores: «Todos esos hijos que heredan la moto de sus padres y que no tienen ningún interés en mantenerla”. Cuenta que la más demandada a día de hoy es la Montesa Impala y que han tenido modelos casi únicos, como una Derbi Bala Roja. Para evitar el fraude creó el carnet de ‘manetero’, con el que tiene identificadas a las personas que se dedican de manera habitual a la venta de motos clásicas. Tiene ya cerca de 12.000 socios y ha tenido que mediar en muy pocas ocasiones. «La mayoría de veces, si hay algún problema, el comprador y el vendedor suelen ponerse de acuerdo, este es un mundillo muy sano”.
Explica que a principios de siglo hubo una «auténtica fiebre” por este tipo de máquinas, y que la cosa está ahora más calmada, con los precios «más acorde con el valor real de lo que se vende”. Recomienda tener un poco claro lo que se busca, porque la oferta «es muy grande”. Al contrario de lo que podría pensarse, Ramón asegura que hay muchos chicos jóvenes dispuestos a restaura motos. «Es sorprendente la cantidad de chavales menores de 25 años que se interesan por la mecánica de toda la vida. Seguramente porque lo ven como un paso previo a algo más complicado, ya que en una moto antigua los componentes están mucho más a la vista y te haces mejor idea de cómo funciona realmente un bicho de estos”.
La web también vende todo tipo de recambios y tiene digitalizados un montón de manuales ya extinguidos, muy útiles en el caso de que no tengas muy claro por dónde empezar a darle una nueva vida a tu compra.
A Ramón le sorprende que en España exista «la costumbre de acumular motos”. En otros países, como en el Reino Unido, los coleccionistas tienen dos o tres, y conforme adquieren una nueva, se deshacen de otra.
Así que ya lo sabes, si buscas un modelo clásico, navega, compara y pregunta antes de lanzarte a la compra. Y una vez la tengas, disfruta como un niño con la restauración.
Foto: Xavier Armengol | Flickr