Surgido tras la descolonización británica a mediados del siglo XX, el joven estado de Malasia ha experimentado un rápido desarrollo en las últimas décadas, llegando a convertirse un referente del motociclismo internacional.
Al igual que en varios países del Sudeste Asiático, la motocicleta se ha erigido como herramienta básica de cada día en las congestionadas calles de la capital de Malasia, Kuala Lumpur. En los últimos 20 años Malasia ha experimentado un rápido crecimiento económico y se ha labrado una respetable reputación mundial, alcanzando ésta a la fabricación de motocicletas y también a la escena de las competiciones de motor.
El parque móvil de motocicletas en Malasia se compone principalmente de sencillos Scooters de pequeña cilindrada con embrague automático y cuatro velocidades, un tipo de vehículo extendido literalmente por millones en Tailandia, Camboya, Vietnam, Indonesia y el resto de países de la zona. La industria malaya de la motocicleta produce principalmente componentes y accesorios, aunque también cuenta con un gran fabricante con presencia mundial. Puede que a muchos el nombre de Modenas no les diga mucho, pero lo cierto es que ha producido varios millones de motocicletas y tiene un carácter casi legendario. Es otro de los mayores logros malasios, el de referente en las competiciones de motociclismo.
Desde principios de la década de 1990, Malasia acoge puntualmente cada año su prueba del Campeonato del Mundo de Motociclismo, primero en el trazado de Shah-Alam, más tarde en Johor y finalmente en las superlativas instalaciones del Circuito Internacional de Sepang. Modenas apadrinó en aquellos años el ambicioso proyecto del mítico ex campeón y manager Kenny Roberts, quien se propuso construir su propia moto para los Grandes Premios de 500cc. Roberts continuaría años más tarde este mismo proyecto en la era MotoGP de la mano del fabricante malayo de automóviles Proton. Paralelamente, también existió en aquel momento un exótico proyecto para WorldSBK del ex campeón británico de la especialidad Carl Fogarty. De Malasia también han surgido patrocinadores de mayor relevancia, caso de Air Asia en los últimos años. Los pilotos malayos también han ido apareciendo en las parrillas del Mundial y en Sepang precisamente en 2012 Zulfahmi Khairuddin estuvo a punto de convertirse en el primer local en ganar una prueba del Mundial, al terminar segundo en la carrera de Moto3. Ese mismo día, su compatriota Hafizh Syahrin también subía al podio de Moto2.
El carácter tradicional que ha tomado el Gran Premio de Malasia y la adopción de la motocicleta como medio de transporte para millones de personas en el país, ha hecho crecer exponencialmente la afición al deporte del motociclismo. La cita malaya del Campeonato del Mundo de Motociclismo también es punto de reunión para los aficionados locales y de varios países vecinos. El Gran Premio de Malasia en Sepang, por su situación en la parte final del calendario del Campeonato, ha sido testigo de la consecución varios títulos mundiales.
Vale la pena mencionar la curiosa anécdota que vivió un piloto español de 500cc de la década de los 90. Debido a su particular clima, la flora y la fauna malaya resulta tan variada como asombrosa y en algunos casos peligrosa. El circuito de Shah-Alam, sede del GP de Malasia en sus primeros años, tenía la escapatoria de una ese en sus curvas muy cerca de la frondosa vegetación que rodeaba una laguna. Tras una caída del piloto, su moto terminó quedando parada muy cerca de esa zona mientras éste esperaba que los comisarios recuperasen su moto accidentada. Sin embargo, estos no parecían estar por dicha labor. Cuando el piloto les recriminó su falta de celo, los comisarios le respondieron en un básico inglés: “¡No moto, allí serpiente!”.
Foto cabecera: Brandon Lim | Flickr