Cultura Motera

Hablamos con el ‘padre’ de Johnny Roqueta, el cómic más motero

4 minutos 19/07/2017 Última actualización: 15/05/2024

El creador del cómic «Johnny Roqueta» es un apasionado de las motos, hablamos con él y esto es lo que nos contó.

Johnny Roqueta en su mono repsol honda
Hablamos con el ‘padre’ de Johnny Roqueta, el cómic más motero

Johnny Roqueta ya tiene 35 años y debería estar en esa edad dulce, entre la loca juventud y la madura rebeldía. Pero no. Johnny se mantiene fiel a su lema, a la esencia de los años 80: los viejos roqueros nunca mueren.

Nació en 1982 de la mano de Rafa Vaquer (Palma de Mallorca, 1957), al que se uniría como guionista al poco tiempo Joan Tharrats. Este personaje de cómic, inconformista, de tupé imposible, encandilaba con su chulería, con sus salidas de tono. Y con las motos. Con sus queridas “amotos”. Echó a andar en la revista ‘Cul de Sac’ y en el 83 ya dio el salto al semanario ‘El Jueves’, la revista que sale los miércoles. También hizo sus pinitos en el diario ‘El País’ y la revista ‘SoloMoto’. Ahora solo aparece de manera esporádica, sin perder un ápice de su autenticidad.

El creador de Johnny Roqueta en su moto.

Vaquer charla con nosotros desde su Mallorca natal. Recuerda el contexto, el momento en el que el dibujo emanó de su cabeza. “A principios de los 80 surgieron las tribus urbanas. Era el momento de Loquillo, el grupo “Los Rebeldes”. Y así, tomando prestado de aquí y de allí, acabó naciendo Johnny Roqueta, al que su ‘padre’ contagió una de sus mayores pasiones: el mundo de las dos ruedas. Vaquer compitió en enduro con una Honda XR650 y en su garaje, uno de los modelos que más le ha robado el corazón es una Honda XBR500. Ya ha dejado las carreras atrás, pero sigue saliendo los fines de semana con el Moto Club Media Milla, al que Roqueta presta a menudo su imagen cuando organizan la vuelta a Mallorca en moto, un clásico de la isla desde hace más de 40 años.

johnny Roqueta, sello de los 30 tacos.

Para los guiones le bastaba con salir a la calle y observar. Las tiras cómicas eran un reflejo de una sociedad que intentaba eclosionar tras la dictadura. Eran los años de ‘La Movida’, de las bandas juveniles, del ‘boom’ del rock. “No valía la pena -señala Vaquer- encerrarse a la espera de que llegara la inspiración. Bastaba con salir de casa y contemplar la realidad. Quizás por eso tanta gente se ha sentido identificada con Johnny”.

Artista y personaje siempre han estado muy unidos. “Menos el tupé, es bastante autobiográfico”, admite el creador. Del mismo modo, el cómic iba reflejando la evolución del mundo de la moto, sobre todo las que más gustaban al dibujante. El personaje se ha subido a lomos de todo tipo de máquinas. Incluso, en una ocasión, se enfundó el traje del equipo Repsol Honda. Sucedió en el número 1.386 de ‘SoloMoto’, en el que Johnny alardeaba de regalos de Navidad. Le quedaba como un guante, las cosas como son, pero aquel día iba en un ciclomotor y el atuendo cantaba como una almeja.

¿Y por qué hay tan pocos cómics moteros? Vaquer, que sigue con pasión el Mundial de Motociclismo , pudo constatarlo este mismo año en un evento en Francia. Se dio cuenta de la escasa oferta de personajes vinculados estrechamente a las motos. Están los gamberros del Joe Bar Team (del que ya dimos cuenta en el Box Repsol) y poco más. “Quizás sea porque dibujar una moto es mucho más complicado que pintar un coche, que con dos rayas ya lo tienes. Una moto, sobre todo si no lleva carenado, es muy compleja”.

Tira cómica con Johnny Roqueta.

Lo bueno de Johnny Roqueta es que no ha pasado de moda. Entre otras cosas, porque todos tenemos un amigo que se le parece. Quizás en la estética. Aunque lo más seguro es que sea por su actitud ante la vida. Ese aire contestatario, algo cafre a veces. Pero rebelde, al fin y al cabo. Un tipo que en el fondo es difícil que no te caiga bien.

Para el futuro, Vaquer tiene grandes planes para su alter ego. Si todo sale como tiene previsto, pronto se pondrá a dibujar una guía para cubrir en moto la mítica ruta 66 de Estados Unidos. Roqueta hará de Cicerone. Diversión asegurada.

 

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