Partamos de la base de que el niño, cuando dice que quiere ser piloto, lo dice de verdad. Que no es ningún capricho ni ninguna broma. Porque algo así, una profesión como esta, comporta ciertas renuncias. Que le pregunten a nuestros pilotos, cómo cambió su vida a partir del momento en el que, junto a sus familias, decidieron que se dedicarían en cuerpo y alma a las motos. Y sí, a ellos les ha salido bien. Pero no siempre es así, y este seguramente sea el primer trabajo en esta carrera de fondo: asumir la posibilidad del fracaso.
Lo primero, antes de hablar de motos, de competiciones, de patrocinadores, es tener claro que este es un barco con un único rumbo. Si algún tripulante empieza a remar en otra dirección, la cosa se puede torcer. Para lo bueno y para lo malo, este es un sueño compartido en el que toda la familia debe sentirse parte imprescindible. Los niños son lo que ven en casa. Si en el hogar hay apoyo y fe, el pequeño campeón tendrá medio camino hecho. Y una cosa importante: no hay que mezclar los sueños del hijo con los de los padres. Son compatibles, pero a veces pueden chocar.
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta en este mundo, cuando se está empezando, es que nadie nos va a regalar nada. La competitividad es tremenda. También la deportividad, es cierto, pero en esos inicios no hay ni un solo nombre conocido, solo decenas de renacuajos con un mismo sueño. En estos primeros compases será muy importante trabajar su personalidad y su fortaleza mental, pero sin olvidar que es una persona que se está formando y a la que hay cosas que todavía no le podemos exigir. Nunca debemos olvidar que debajo de ese mono y ese casco se esconde un niño. Con sus miedos y su inseguridades, pero también con la ilusión propia de quien tiene toda la vida por delante.
¿Y qué edad es la permitida para empezar a correr en moto? Si tenemos en cuenta que Márquez, con 4 años, pidió a los Reyes una moto de gasolina, cualquier cosa es posible. Esa es la edad mínima para estar federado, según la Real Federación Motociclista Española, para obtener una licencia . En ningún caso se podrá competir antes de los 6 años.
También es importante escoger la disciplina en la que competir. Es decir, si se opta por los campeonatos de velocidad o por el trial y el enduro. Ojo, tampoco son excluyentes y no significa que con los años no pueda dar el salto de una a la otra. Basta con observar a Márquez, nuestro reciente campeón de MotoGP, compitiendo en ‘Dirt Track’.
La familia debe ser consciente de que se le vienen encima una serie de gastos importantes. Al margen del material, hablamos de las licencias para competir y de los costosos desplazamientos. Todo, sin olvidar que el menor debe seguir con sus estudios, dejándole claro que las carreras solo son compatibles con unas notas aceptables. Ahí podemos fijarnos en la categoría hermana de los karts. Y en el piloto español Kilian Meyer, de 15 años. Sus padres le permiten seguir en la alta competición siempre que sus notas sean como mínimo de notable. De momento, y está en la máxima categoría del ‘karting’, siempre lo ha conseguido.
No sería mala idea, para aligerar el tema de los costes, buscar algún taller de confianza para llegar a algún tipo de acuerdo para que solo cobren las piezas y no la mano de obra a cambio de un poco de publicidad. Lo mismo podemos hacer con tiendas de la ciudad que vendan monos de motociclismo, guantes, botas… En esos inicios hay que echarle un poco de cara dura, buscar empresas cercanas que quieran estampar su nombre en la moto o en la espalda del chaval, conseguir que alguna cadena hotelera ofrezca alojamiento por toda España a precio de amigo. Lo que sea, siempre dentro de unos límites éticos, para que las finanzas familiares sean sostenibles. Esos primeros patrocinadores, además, dejarán una huella en el piloto si el día de mañana alcanza la gloria. Que le pregunten a Rafa Nadal, que empezó a publicitar una marca de coches cuando era casi un desconocido y hoy, número uno mundial, sigue con la misma gente que entonces confió en él.
Para mejorar la técnica de tu hijo, puedes buscar escuelas de pilotaje en tu provincia (internet os puede resultar útil para encontrarla). Pero estamos con lo de siempre, son costosas. Es evidente que el dinero es uno de los principales ‘handicaps’ a la hora de conseguir este sueño. Pero también lo es la suerte, y es importante creer en ella. Si el chaval despunta, es probable que alguien se fije en él y que su buen hacer llegue a oídos de alguna marca dispuesta a patrocinarle. Ese sería un salto cualitativo importante, pero si llega a suceder, obliga a redoblar esfuerzos, puesto que ya no solo rendimos cuentas ante la familia, sino que también se nos exigirán unos mínimos resultados.
Todo esto nos lleva a una única palabra: sacrificio. Todas las profesiones requieren de esfuerzo y dedicación, pero pocas como esta tienen tan fina la línea entre el éxito y el fracaso. Cuando se habla de los grandes pilotos de la historia se coincide en lo mismo: su enorme fortaleza mental. No es algo que se consiga con un chasquido de dedos. Seguramente lo empezaron a trabajar el día que, de pequeños, entraron en el salón de casa y dijeron: «Mamá, papá: quiero ser piloto de motos».
Tengo 18 años soy de Argentina y me gustaría empezar en esto de las careras de motos y en el mundo de las motos mas que nada porque no ahi cosa mas hermosa que una moto, pero nose como empezar ni a donde ir jaja
Ami me gustan las motos y me gustaría ser una parte de ay
Tengo 15 años soy de Argentina me encantaría unirme a esto de las careras de motos siempre me a gustado todo aquéllo que tenga que ver con motos es que andar en moto es como si nada existiera es la sensación de libertad de grandeza es lo mejor y esperó que mi edad no sea un obstáculo para poder seguir adelante pero aún nose como empezar en esto y quisiera que ayuden
Desde pequeña las motos me han causado fascinación. No he podido recibir una educación como otros hijos de moteros que desde los seis años ya estan en clases de pilotaje. Pero tengo 14 años y estoy decidida a comenzar en este mundo tan pronto como me sea posible.
Muy interesante. Muchos lo desean, casi ninguno lo consigue.
Mejor dale libros, llevale al cine y al teatro y no le dejes que queme combustible necesario en tonterías.