Honda rediseña su máxima expresión en el turismo de altas prestaciones con una dinámica aún más deportiva; sin olvidar su superlativo equipamiento.
Cuando la primera versión de la Honda Goldwing apareció en el catálogo de Honda en 1972 con un motor de seis cilindros bóxer, el fabricante japonés buscó ofrecer una motocicleta de altas prestaciones y máximo confort. Durante esa primera aparecieron otras tres versiones de 1.000 cc, todas ellas impulsadas por mecánicas tetracilíndricas en la misma configuración opuesta, y ninguna todavía provista de una gran carrocería.
La década de 1980 dio paso al envolvente diseño de la Aspencade, que continuó la tradición bóxer de cuatro cilindros, elevó la cilindrada a 1.200 cc y refinó más aún el equipamiento con amplios espacios de carga, cómodas ubicaciones para sus ocupantes y una efectiva protección aerodinámica.
En 1988 la Goldwing alcanzó la categoría de icono con la aparición de la GL1500, un paso más allá en cilindrada rescatando la tradición de motor de seis cilindros original, estilizando más aún su aspecto y con un equipamiento más completo que incluía calefacción y equipo de sonido.
En el siglo XXI, la Goldwing dio su mayor paso adelante con un nuevo rediseño integral, especialmente en términos dinámicos, introduciendo el bastidor perimentral de aluminio que reducía notablemente el peso y mejoraba la manejabilidad de semejante fortaleza rodante. A lo largo de la siguiente década, el equipamiento de la Goldwing recibió la pantalla del navegador GPS e incluso el primer airbag para una motocicleta.
Durante el pasado mes de octubre, Honda dio a conocer en el MOXI (Museo de la Exploración y la Innovación) Santa Bárbara -CA, EEUU-, la última generación de su legendaria familia Goldwing, de nuevo completamente rediseñada con un nuevo motor, bastidor y gestión electrónica para mantenerse como el icono gran turismo más ligero, rápido, excitante y tecnológicamente más avanzado.
El motor de seis cilindros vuelve a ser el protagonista que rige el carácter de la Goldwing. Ahora es más compacto, seis kilos más ligero, optimiza el consumo de combustible –con menos capacidad en el depósito pero la misma autonomía-, y se ubica en una posición más adelantada para mejorar el reparto de pesos, buscando una vez más mayor manejabilidad y un comportamiento más deportivo.
Como paso obligado, la gestión digital en la Goldwing 2018 también toma el control del acelerador electrónico (TBW) con cuatro modos de conducción, transmisión de doble embrague (DCT) de siete velocidades, sistema seleccionable de control de par(HSTC), y adaptando al mismo tiempo la parte ciclo al nuevo diseño de la suspensión delantera.
Aunque parezca una contrariedad, el carácter superlativo que ha acompañado a la Goldwing desde su lanzamiento hace ha 45 años, se ha ido transformando en uno mucho más deportivo sin perder un ápice de esa faceta legendaria de máxima comodidad. La Goldwing ya no es sólo muy cómoda, sino también muy rápida y deportiva.