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James May es uno de esos tipos que ha conseguido hacer lo que le da la gana en la vida. Pero ojo: se lo ha ganado. Periodista y estrella de la televisión, nació en Bristol en 1963, en una familia de cuatro hermanos. Iba para músico, pero con los años se dio cuenta de que su pasión tenía que ver menos con las sinfonías y más con el motor. Fue uno de los presentadores de ‘Top Gear’, el programa dedicado al motor más famoso del mundo. Hoy repasamos algunas de las motos de su increíble colección particular.
La primera moto que compró de su bolsillo fue una Honda CB750-four de 1974. Pagó por ella 2.300 libras. Siempre le ha fascinado la marca japonesa, sobre todo su fundador, Soichiro Honda, de quien admira su genialidad a la hora de diseñar todo tipo de artilugios. En una de sus entrevistas, May recuerda cómo el padre de Honda inventó una cama con tracción para las personas con problemas de espalda. A partir de la clásica CB empezaron a llegar muchas otras. Iba intercalando otras marcas, pero siempre regresa a su preferida.
Para este extrovertido inglés, una de las motos más bellas jamás construidas es la Honda Cub. No solo por su estética, sino sobre todo por los que representa. Es la motocicleta más vendida en todo el mundo (más de 65 millones de unidades). Si te viene a la cabeza la imagen de una calle de una ciudad de Asia repleta de motoristas, la mayoría de ellos calza uno de estos menudos modelos. Este 2018 cumple 60 años, así que puede considerarse la abuela de los ciclomotores. Se eligió las siglas Cub porque hacen referencia a ‘cheap urban bike’ (moto de ciudad barata). Entre sus logros destaca que fue la primera en incluir plataforma plana para transportar objetos. May, como es lógico, ha sido propietario de una de estas legendarias motos.
Nuestro personaje es también un apasionado de los modelos de gran cilindrada. En su garaje ha tenido una Honda CBR 900RR Fireblade, todo un clásico de los años 90.
También una CBR 600RR de la que guarda un recuerdo agridulce. Cuando la acababa de comprar y no había recorrido ni una milla, rebasó el límite de velocidad y le saltó un radar. Es, para muchos, la multa más rápida de la historia.
En esta categoría tenemos que incluir una de las joyas de la corona: una Honda CRF 750 RC30, la moto más revolucionaria de su momento. Empezó a comercializarse en 1988 como un derivado de la RVF 750, y en su bastidor, la marca nipona incluyó una frase que ha pasado a la historia: “Para esos pocos que saben apreciar lo mejor que ofrece una moto deportiva”. Fue, sin duda, y seguro que por eso May se hizo con una de ellas (se construyeron cerca de 3.500 unidades), la reina del mercado de las ‘R’ durante varios años. Y no solo en las calles, también en las carreras, triunfando en el Mundial de Superbikes y en varios TT de la Isla de Man.
Por las manos del presentador, que ahora ha regresado a la pequeña pantalla con el programa ‘The Grand Tour’ junto a sus compañeros de ‘Top Gear’, han pasado también modelos clásicos de Honda. Destacamos tres de ellos. Una de ellas es la C200 de 1964, una preciosidad de 88cc y cuatro velocidades que alcanza una velocidad máxima de 85 kilómetros por hora. También ha tenido una Honda CB250 K del año 1968, con una potencia de 30 caballos y un tope de 150 km/h. Por último, y siguiendo cronológicamente sus ‘trofeos’, una CD 175 de 1973. Este modelo se fabricó entre los años 1967 y 1979 y fue definida por Honda como “una gran todoterreno, en la ciudad, o dejando la carretera detrás de ti”.
James May cumplió 55 años en enero. Tal y como puede comprobarse en sus apariciones televisivas, sigue en plena forma y con la misma ilusión con la que compró esa primera CB750. No os quepa duda de que en unos años actualizaremos este ‘post’ con los nuevos juguetitos del británico que siempre estuvo enamorado de Honda.
Foto cabecera: Khairil Zhafri | Flickr