‘La gran evasión» es una película que tiene una de las escenas moteras más sensacionales de la historia del cine para todos los amantes de las dos ruedas. Y eso es gracias a la pasión por las motos que tenía el actor Steve McQueen, protagonista de la cinta.
El argumento de este film de 1963 tiene poco que ver con las motos. Narra las desventuras de un grupo de oficiales ingleses y estadounidenses que intentan escapar de un campo de prisioneros nazi durante la segunda guerra mundial. El reparto estaba plagado de estrellas: James Garner, Charles Bronson, Richard Attenborough, James Coburn, Donald Pleasence y James Donald. McQueen maniobró para ganar protagonismo entre tanto apellido ilustre. Y logró que una de sus escenas, su huida con medio ejército alemán a sus espaldas, se convirtiera en una de las más reconocidas de la historia del cine.
McQueen interpreta al aviador americano Hilts, conocido como ‘The cooler King’. Tras escapar, en un plan calculado al milímetro, logra quitarle una moto a un soldado nazi. Si la película hubiera sido fiel a la historia, habría sido una BMW o una Zündapp. Pero no, se escogió una Triumph porque era mucho más ligera y ágil. Perfecta para rodar los minutos de enduro más famosos del séptimo arte. Que una huida se hiciera en moto es una gran metáfora de lo que siempre ha significado ser motero: la libertad. Y qué gran momento, qué gesto tan reconocible, cuando el actor le quita el tapón al depósito y mueve la máquina para ver cómo va de combustible. Y qué decir de esos golpecitos a la Triumph en el momento de la caída, rodeado de soldados, como dándole las gracias por esos maravillosos minutos.
En la película queda claro que el actor era un piloto muy hábil. Solo en unas pocas escenas, como la del salto sobre la alambrada, y por exigencias del director, que no quería desafortunadas lesiones, fue sustituido por el especialista Bud Edkins. Un auténtico crack de las dos ruedas con el que entablaría una gran amistad y con el que participaría en numerosas carreras.
Foto de cabecera: MGM