Shinya Kimura (Tokio, 1962) lleva más de 30 años diseñando y modificando motocicletas y se ha diferenciado tanto de los demás que ha conseguido crear su propio estilo: ‘Zero Style’.
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Todo tiene su origen en la infancia, pero la cosa seria empezó a principios de los años 90 en Japón, una de las cunas del motociclismo. Kimura abrió su propio taller y desde el principio tuvo claro cuál iba a ser el guión de su trayectoria profesional, que no es más que una extensión de su vida personal: todo está en los orígenes y en la simplicidad. Aquello tenía que ver con las formas, pero también con los materiales, con los diseños de siempre. Con el paso de los años, su trabajo fue adquiriendo fama internacional, hasta que entrado el siglo XXI decidió dar saltar el Pacífico para instalarse en California, otro de los templos de las dos ruedas. En el 2006 subió por primera vez la persiana del taller Chabott Engineering, en la ciudad de Azusa, donde pronto empezaron a agolparse estrellas de Hollywood para rellenar sus garajes con sus maravillas. Para muchos, sus diseños están entre la mecánica y el arte, entre el motociclismo y la escultura.
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En una de sus obras maestras tomó como base, cual pintor con su musa, una Honda C100 de 1960, de un par de años antes de que naciera. Quizás fuera un guiño a esa manera tan peculiar de pensar: suele decir que la moto apenas ha cambiado en 100 años, que todo sigue dependiendo del piloto y de la máquina. Por eso las despoja de todo lo innecesario, dejando a la vista el motor y todos los elementos que hacen que la moto se mueva. Tampoco ha sido nunca un tipo de ordenador y mucho proyecto previo. La moto que salga por la puerta (y que él mismo se encargará de probar) será el resultado de la inspiración, del momento por el que esté atravesando. “Nunca sé lo que acabaré construyendo cuando empiezo”, dijo, en una entrevista en ‘Vice’.
En la Honda C100 modificada en el 2006 se nota que lo suyo es el metal, como el de la fábrica de tornillos y tuercas que su abuelo tenía en el viejo Tokio. Ahí empezó a valorar el hierro, los elementos, la grasa. Y el trabajo. Todo ello, unido a su pasión por las motos y su anhelo minimalista, ha generado una colección de motos únicas.
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Empezó por las bicis, pero pronto se atrevió con las motocicletas, recorriendo todos los desguaces de su ciudad en busca de las piezas que dieran forma a lo que la creatividad le iba dictando. Y así hasta hoy. Puede que también haya tenido algo que ver su formación: graduado en Entomología, esto es, el estudio científico de los insectos, auténticos supervivientes de la naturaleza, provistos de lo justo y necesario para poderse batir con quien sea necesario. No es que sus motos estén hechas para superar sin problemas un fin del mundo. Pero como los pequeños bichitos, también sus diseños están pensadas para que nada sobre. Y nada falte.
Shinya Kimura sigue trabajando en su taller de California. El que se anime, basta con ir a verle e intentar convencerle para que le fabrique una moto a medida. Será una obra de arte única. Pero a diferencia de los museos, esta la podrás llevar a todas partes, tocarla. Y sentirla.
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Foto cabecera: https://www.chabottengineering.com/