Cultura Motera

Marcas de motos españolas

8 minutos 11/12/2024

La industria motociclista española se mantiene hoy en día pese a verse seriamente afectada al inicio de la década de 1980. Con un número más reducido de fabricantes, en la actualidad el planteamiento es diferente.

Imagen de una Macbor Rockster
Marcas de motos españolas
Imagen de una Macbor Rockster

Historia de la industria de motos en España

Las motos motorizaron España durante el franquismo

Históricamente, España gozó de una intensa actividad industrial en el sector motociclista, pero fue a partir de finales de los años cuarenta del pasado siglo cuando la industria motociclista nacional despegó. Fue entonces cuando los primeros fabricantes que comenzaron la producción en serie, como Soriano, fabricante madrileño que realizó unas monturas de pequeña cilindrada inconfundibles por sus pequeñas ruedas de 10 pulgadas. Y, sobre todo, Montesa, que desde 1944 se consolidó como el fabricante más sólido de la industria nacional.

Las motos ayudaron a motorizar un país que salía de una guerra y que sufría el aislamiento internacional de la dictadura franquista, por lo que tuvo un desarrollo autodidacta con unos recursos limitados, una situación que no mejoró hasta la década de los años 50. Es en ese momento cuando se produce una eclosión de fabricantes de motos, que vieron en esta el vehículo ideal para motorizar el país.

Así surgen marcas como Sanglas, que se convirtió en suministrador habitual del parque móvil de los cuerpos y fuerzas de seguridad; Rieju y Derbi, que iniciaron su actividad industrial como fabricantes de bicicletas (el acrónimo Derbi procede de Derivados de Bicicletas); OSSA, que fabricaba maquinaria cinematográfica de gran calidad y vio en la industria motociclista una oportunidad de negocio; Lube, que desarrolló un amplio catálogo de modelos con licencia NSU.

En 1959, la ruptura entre los socios de Montesa, Pere Permanyer y Francisco X. Bultó, hizo que este abandonara la marca junto con una docena de técnicos de confianza para fundar Bultaco, que no tardó en convertirse en otra gran referencia de la industria motociclista española.

La llegada del automóvil utilitario, representado en la figura del 600, a finales de los años 50 hizo que esa incipiente industria nacional que había crecido de forma exponencial y un tanto desordenada a lo largo de la década, dando pie a decenas de fabricantes de motos, se viniera abajo. Sólo sobrevivieron los más fuertes: Montesa; Moto Vespa, que abrió una fábrica en Madrid, convirtiéndose en la líder de ventas del mercado nacional durante casi dos décadas; Lambretta, establecida en el País Vasco para producir los populares scooters italianos alternativos a las Vespa; Ducati Mototrans, que además de ser importador de la marca italiana también desarrolló un catálogo propio; MV Avello, que en su momento se encargaría de producir las Puch; Moto Guzzi Hispania, que posteriormente daría pie a Motor Hispania; Lube, que mantuvo su actividad hasta sucumbir a mediados de los años 60; OSSA, Bultaco, Sanglas, Rieju, y Derbi.

La crisis de los años 80

Durante los años 60 se distinguen cuatro grandes marcas de motos españolas: Montesa, Bultaco y OSSA, que realizan motos de todo tipo y se especializan con notable éxito en las motos de campo, y Derbi, que se centra en el creciente segmento del ciclomotor en el que consigue convertirse en líder absoluto.

El éxito de los ligeros y eficientes modelos de moto de campo nacionales trasciende nuestras fronteras, y las exportaciones, especialmente con destino a Estados Unidos, disparan la industria nacional, consolidando la marcha de las fábricas. Pero la crisis del petróleo de 1974 y la llegada de los fabricantes japoneses, con unos productos más competitivos que inundan el mercado norteamericano, afecta seriamente al rendimiento de la industria nacional, que no supo o no pudo actualizarse debidamente. Además, su masa laboral, con unas plantillas sobredimensionadas para la producción que realizaban, era una pesada carga en el balance de resultados. OSSA entró en suspensión de pagos en 1978, y Bultaco entró en crisis a finales de 1979.

La reconversión industrial forzó al cierre de los principales fabricantes de motos en España, que ni siquiera como sociedades cooperativas en algún caso consiguieron salir adelante. La industria japonesa, bloqueada por el proteccionismo nacional que impedía las importaciones, llamaba a las puertas, y finalmente en la primera mitad de los años 80 terminó entrando en nuestro país. De los grandes fabricantes solo sobrevivieron Montesa, adquirida por Honda, y Derbi, gracias a su especial dedicación al ciclomotor, que se había convertido en el principal soporte del mercado de motos en España.

¿Cuáles son las marcas de motos españolas más conocidas?

Montesa

Es la firma decana de la industria de motos en España –ha cumplido ya 80 años de vida– y sigue siendo una marca viva gracias a su producción centrada en las motos de trial, dentro del gigante japonés Honda.

Rieju

La marca catalana sigue activa, con una producción basada en motorizaciones ajenas –algo que también hace Motor Hispania, en un ámbito más reducido–, desarrollando también una serie de motos de enduro sobre la antigua base mecánica de Gas Gas. El fabricante gerundense, que comenzó su actividad a medidos de los años ‘80 especializado en motos de trial y enduro, recientemente ha adquirido Ray, un fabricante español de motos eléctricas y ha dado un paso muy positivo en torno a la movilidad eléctrica.

Gas Gas

Surgida a mitad de los años ‘80, pasó por momentos muy positivos, con notables éxitos deportivos, pero terminó entrando en crisis para finalmente ser absorbidapor Pierer Mobility, la empresa propietaria de KTM y Husqvarna, entre otras marcas. Pasó a denominarse GasGas, concentrando su producción en España exclusivamente en motos de trial.

Derbi, Bultaco y OSSA

Tras años de incertidumbre, Derbi fue absorbida por el Grupo Piaggio en 2001, y terminó desapareciendo del mercado. En torno a Bultaco y OSSA ha habido algunos proyectos aprovechando el tirón comercial de las marcas, pero a la postre ninguno ha conseguido tener éxito duradero.

Nuevas marcas de motos españolas

Macbor

Es actualmente el fabricante de motos españolas más activo y con el catálogo más amplio y variado. Inicialmente nacida como una marca de motos infantiles creada por Motos Bordoy, desde hace unos años han desarrollado una variada gama de modelos que sigue creciendo. La producción se realiza en China, con un diseño desarrollado en Barcelona, y abarca desde motos de 125 a 700 cc, de los más diversos segmentos, como custom, trail, o naked.

Silence

El expiloto de Raids Carlos Sotelo es el fundador y máximo responsable Silence. En 2003, Sotelo comenzó a importar motos de Asia bajo su propia marca, CSR, pero no fue hasta una década más tarde cuando se lanzó junto a varios socios al sector de los scooters eléctricos. Había nacido Scutum que, rebautizada poco después como Silence, logró crecer de forma exponencial gracias al sector del motosharing en 2015, hasta convertirse en una de las principales empresas de motos y baterías eléctricas de nuestro país, con alianzas como la que le ha llevado a producir la SEAT Mó.

A su rebufo, han proliferado diferentes fabricantes como MITT, Velca o el citado caso de Ray, en muchos casos enfocados a la motorización eléctrica.

Influencia de las marcas de motos españolas en competición

La presencia de fabricantes de motos españoles en las competiciones motociclistas ha sido una constante desde los años ‘50, cuando Montesa consiguió destacados resultados en el Mundial de Velocidad, en la categoría de 125cc, antes de que las complicaciones de la economía española limitaran su actividad deportiva.

Toni Bou con su Montesa compitiendo en TrialGP

Posteriormente, durante los años sesenta, destacaron a nivel internacional Bultaco, Derbi y OSSA. Con una concepción claramente orientada a la competición, Bultaco logró buenos resultados en todas las especialidades, pero destacó en trial, especialidad que dominó hasta 1979, la velocidad, con numerosas victorias y cuatro títulos de piloto y de fabricante en la categoría de 50 cc, y el motocross, donde también sumó victorias en el Mundial.

Derbi se especializó en la velocidad, y de la mano de Ángel Nieto disfrutó de un periodo de éxito entre 1969 y 1972, cosechando cinco títulos mundiales de piloto y cuatro de marcas. Tras un periodo de ausencia, su regreso en 1984 permitió que de la mano de Aspar reverdeciera laureles en 80cc y 125cc, y en otra fase, bajo propiedad de Piaggio, siguió acumulando éxitos en 125. Su última corona llegó con Marc Márquez en 2010.

OSSA, por su parte, destacó en el Mundial de 250 con Santiago Herrero, luchando por el título en 1969 y 1970, hasta el accidente mortal del piloto madrileño. Posteriormente se convirtió una de las principales marcas del Mundial de Trial.

El hundimiento de la industria nacional provocó la desaparición de los fabricantes de motos españoles de la escena mundial, quedando su presencia reducida a pequeñas iniciativas, como las que se crearon en torno a los diseños de Antonio Cobas, con Siroko, Kobas y finalmente JJ-Cobas, con la que Álex Crivillé logró el Mundial de 125 en 1989.

Fuera del asfalto, Montesa siguió destacando en trial en los años 70 y 80, sumando varios títulos posteriormente con Marc Colomer, Doug Lampkin y Toni Bou, que domina la escena mundial desde 2007. En los años noventa emergió GasGas como una de las principales marcas “off road”, aupada por los éxitos de Jordi Tarrés en trial, seguidos años después por los de Adam Raga, y varias coronas de enduro logradas con pilotos foráneos. Hoy GasGas, adquirida por KTM, reina en MXGP de la mano de Jorge Prado.

Jorge Prado compitiendo con su GasGas en MXGP

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