Ser motero no es solo conducir motos. Amar todo lo que conforma el universo de la motocicleta es en sí mismo una actitud. Por el contrario, no tener moto es sólo una circunstancia. Que nadie te haga creer lo contrario.
Muchos aficionados asimilan la cultura motociclista desde jóvenes gracias a la devoción familiar por los vehículos de dos ruedas. Otros, sin embargo, no lo tienen tan fácil para acceder a su primera moto. Si eres un adolescente y estás en este segundo grupo, no desesperes. Si eres adulto pero te encantan las motos igualmente, tampoco tienes motivo para hacerlo.
Sentirse motero no se limita exclusivamente a montar en moto. Consiste, más bien, en desarrollar el interés por la motocicleta en cualquiera de sus formas. Puede que te interese la oferta actual de magníficas máquinas disponibles en la gama de infinidad de fabricantes, o puede que sea el lado deportivo con las apasionantes carreras de velocidad, motocross o cualquier otra disciplina lo que más te haya llamado la atención.
La historia del motociclismo, la mecánica o la tecnología de vanguardia también pueden haber conquistado tu interés por nuestro de vehículo preferido. Tampoco conviene caer en la confusión. En la era de las redes sociales resulta muy fácil parecer motero, algo distinto a sentirse un verdadero motorista aunque no tengas moto. El interés por la motocicleta consiste en realidad en mucho más.
La historia de las carreras o la evolución técnica con incontables motos inolvidables modelos puede acaparar toda tu atención sin llegar a salir del salón de tu casa. Aunque no tuvieran moto, como pueda ser tu caso, el motociclismo ha cautivado a millones de personas antes que a ti.
Desde las primeras crónicas deportivas y pruebas de motocicletas en periódicos de principios del siglo XX a la literatura disponible con libros y publicaciones súper especializadas, pasando por documentales e inagotable información disponible en Internet, existe un inabarcable conocimiento motociclista que ha guiado la afición de muchos que nunca han llegado a subirse a una moto.
En el lado opuesto, no hay que olvidar que miles de moteros sin moto se han convertido en consumados especialistas cuando ha llegado la oportunidad de tener su primera máquina. Muchos han hecho de su amor por la motocicleta el eje central de su ocupación profesional.
Si eres amante de la literatura y los viajes, existe una infinidad de títulos que te trasladarán a los lugares más inaccesibles del planeta al manillar de una moto.
Aunque seas un motero sin moto, siempre hay algo que puedes hacer mientras llega el momento de estrenar su primera máquina: ganar experiencia. Puedes ir obteniendo las distintas licencias. El proceso teórico y práctico te dará un impagable conocimiento y te convertirá en un motorista más seguro y mejor cuando por fin salgas a la vía pública con tu propia moto.
Por último, no es necesario poseer una moto para ganar experiencia. Rodéate del ambiente adecuado, observa, pregunta, deduce, asimila tanto conocimiento como puedas y practica en condiciones seguras. Cuanta más experiencia tengas, mejor preparado estarás para dar el gran paso de tener tu primera moto. También serás muy libre de no llegar a tener una moto, eso no te hace menos motero.