El motoball es un deporte del que quizás nunca hayas oído hablar, pero empezó a practicarse en Inglaterra en la década de 1920. La primera competición documentada la encontramos en 1923. Sucedió durante una gala benéfica y se disputó en un campo de fútbol reglamentario. Fue tal el éxito, que al año siguiente ya se organizaban partidos por todo el país. En sus inicios se enfrentaban seis motociclistas por equipo en dos partes de 15 minutos cada una. Con el tiempo, las normas se fueron perfilando hasta alcanzar la absoluta profesionalización de las ligas actuales.
A día de hoy, los encuentros los disputan cinco jugadores por lado, cuatro en moto y el portero a pie, y en dos tiempos de 20 minutos cada uno. El guardameta poco podía adornarse desde la moto y acababa siendo un coladero, así que en 1966 se decidió liberarle de la máquina y convertirle en un arquero tradicional, aunque es obligatorio que lleve casco. Para protegerle, de mismo modo que se hace en el balonmano, dispone de un área pequeña a la que los jugadores de campo no pueden acceder.
La pelota dobla las dimensiones del esférico usado en el fútbol tradicional. Sería muy complicado controlarla con las medidas reglamentarias, y además podría quedar atrapada debajo del motor. Tiene 40 centímetros de diámetro y cerca de un quilo de peso. Parece uno de esos balones medicinales que usan los más cachas del gimnasio.
Las motos son modelos de Trial o de cross modificados para poder maniobrar con comodidad y sin riesgo sobre la pista. En el lado desde el que se controla el balón, la moto incluye una estructura metálica que permite encajarlo para avanzar con él sin que se quede atrás. Tanto el piloto como la moto están reforzados. En cuanto a la máquina, los discos, la cadena y el escape tienen una cubierta para evitar daños o herir a un contrario en un lance del juego.
Los deportistas calzan botas especiales, sin tacos, porque aquí el agarre lo dan los neumáticos, y llevan protecciones en espalda, brazos y piernas. Los encuentros los controlan dos árbitros que no van en moto. Si fuera solo uno tendría que seguir el juego a la velocidad de las máquinas, algo al alcance de muy pocos velocistas. Por eso se dividen el campo el dos y hacen lo que buenamente pueden.
A día de hoy, el motoball es muy popular en Francia, donde hay dos ligas, y en los países bálticos. También en Rusia hay mucha afición. En todos ellos, la moto más usada es un modelo de la firma española Gas Gas fabricado expresamente para este tipo de competiciones. En España, el motoball tuvo un momento de gloria en los años 50 y primeros 60. Pero fue en los 80 cuando alcanzó el mayor esplendor con una Copa de España que se disputó en los años 1984 y 1985. El gran dominador fue el Moto Club Esplugues, de Barcelona, que consiguió los dos títulos. Tenían un equipo muy potente, alimentado por las Ossa Phantom 77 de cross con la suspensión baja para que el asiento estuviera lo más cerca posible del suelo. Este equipo catalán llegó a disputar competiciones europeas, donde hizo un gran papel.
Si todavía no te has hecho una idea de cómo funciona este deporte, date una vuelta por YouTube, donde comprobarás que hay regates, escapadas por la banda, centros al área…, incluso se lanzan faltas con barrera.
Foto cabecera: Pixabay
Dices…
( Este equipo catalán llegó a disputar competiciones europeas, donde hizo un gran papel. )
Créeme,
En 1985 motoball esplugues fue campeón de Europa.
Buen papel !!
Aún se acuerdan en Francia de las palizas que le daba el motoclub Esplugues cada vez que iban.