Aunque originalmente solo tuvieran dos, las motos de cuatro ruedas son una realidad. El avance de los tiempos ha terminado poniendo en entredicho algunas de las verdades más sólidamente fundadas del ser humano. Y esto también ha terminado alcanzando a las motos.
Puede decirse que las primeras motos de cuatro ruedas de la industria contemporánea fueron las de enduro y aparecieron en la década de los 80. Se llamaban quads y el mejor de todos ellos para las revistas especializadas era el legendario Honda TRX 250 R.
En aquellos mismos años, a principios de los 80, alguien pensó que una de esas motos de cuatro ruedas, pero con tracción 4×4, sería genial. Entonces las marcas se lanzaron a hacer lo que popularmente conoces como ATV 4×4, al estilo del Honda Rubicon que todavía se produce para el mercado norteamericano.
El ATV 4×4 era básicamente un automóvil todoterreno en miniatura gobernado desde un asiento mediante manillar, por lo que difícilmente puedes considerarlo una moto de cuatro ruedas. Todo esto, desde la perspectiva que da la actualidad, era solo la prehistoria de las verdaderas motos de cuatro ruedas.
Antes de intentarlo con cuatro, hace ya bastantes años que la industria del scooter se lanzó al universo de las tres ruedas. Con tres puntos de apoyo, no eran tanto motos, sino más bien trikes en distinta configuración. Los trikes, triciclos o como quieras llamarlos, nacieron un poco antes que los quads que hemos mencionado en el párrafo anterior.
Con una rueda delantera y dos traseras, sin diferencial en el eje posterior, el trike era una máquina tan difícil y exigente que pronto quedó limitada al uso en la competición.
Cuando el triciclo reapareció en la industria del scooter en el siglo XXI, lo hizo con una combinación distinta: dos ruedas delanteras y una trasera. La principal novedad es que esas dos ruedas delanteras basculaban lateralmente para favorecer la inclinación del vehículo en las curvas. Con ello, el scooter resultaba mucho más estable y seguro.
En la época también se habían visto los primeros scooters de gran cilindrada con dos ruedas delanteras, y tampoco medió demasiado antes de comenzar a ver ese concepto aplicado a dos ruedas delanteras y dos traseras: había nacido la primera moto de cuatro ruedas de la era contemporánea.
Los primeros prototipos de motos de cuatro ruedas aparecieron en el Salón de Tokio de 2007. Combinaban un motor bicilíndrico y uno eléctrico sobre una parte ciclo que basculaba de forma independiente sobre sus cuatro ruedas. Sin embargo, nunca llegó a producirse en serie. Este concepto se llevó más allá, desarrollando un nuevo modelo más próximo a un automóvil monoplaza de carácter urbano por la cualidad de tener asiento con respaldo y techo.
Pero los fabricantes no desisten y varios continúan trabajando en la moto de cuatro ruedas del futuro. En el Salón de Tokio pudo verse incluso un prototipo con la capacidad para cambiar de configuración en marcha, es decir, desde posición deportiva, por ejemplo, a posición urbana, similar a un scooter.
Para quienes estaban acostumbrados a conducir una moto, los scooters de tres ruedas no resultaron un cambio tan radical, sino que más bien facilitaron la conducción al hacer el conjunto más estable. Lo mismo se puede aplicar a la moto de cuatro ruedas. Al principio eres consciente de que algo funciona de forma distinta, pero poco después descubres que el fin es el mismo, beneficiándote al mismo tiempo de una mayor estabilidad y seguridad de marcha.
El futuro de las motos de cuatro ruedas ha llegado, y seguramente quienes quieren moverse en moto por la ciudad, pero lo ven demasiado arriesgado por cuestión de equilibrio, sean los primeros en probar las cuatro ruedas en moto, ya que supone un antes y un después en cuanto a seguridad.