– ¿Qué le pedirás a los Reyes, Carlitos?
– Una moto teledirigida.
– Querrás decir un coche.
– No. Una moto…
Hay niños que tienen las cosas muy claras. Tanto, que a menudo descolocan a los mayores. ¿Una moto de radiocontrol? ¿Pero de verdad existen? La duda ofende. Claro que sí. Todo motero lleva un niño dentro. Para muchos, son simples juguetes, pero una vez conocido el mundillo, uno se da cuenta de que estamos ante auténticas máquinas de velocidad.
Las primeras motocicletas controladas a distancia aparecen a principios de los años 80. Atrás quedaron los vetustos modelos unidos al mando por un aparatoso cable que daba poco margen de maniobra y no permitía alcanzar grandes velocidades. En aquellos tiempos se apostaba por una escala 1/4, pero a partir de los años 90 empieza a imponerse la proporción 1/5, que hoy es la medida más habitual (también las hay de 1/14, 1/9, 1/28…).
De pilotos tiesos, que se movían menos que el portero de un futbolín, poco a poco se fue pasando a auténticos motoristas en miniatura capaces de bascular su cuerpo y de hacer girar la moto. También se mejoró sustancialmente la dirección, con una horquilla delantera que poco tiene que envidiar a las motos que vemos habitualmente en el Mundial de Motociclismo. Bueno, vale, sí. Pero dan mucho el pego.
Aquellos primeros modelos tenían un motor de explosión de 3.5cc que, pero con el paso de los años, se pasaron a 2.1cc. Aunque la combustión fue dejando hueco a las motos de radiocontrol eléctricas. Ambas modalidades han convivido, no solo a nivel comercial, sino también en la competición en circuitos y carreras oficiales, aunque cada una en su correspondiente categoría.
Lo primero para pilotar una moto de radiocontrol es aprender a controlar el acelerador. Del mismo modo que una punta exagerada de gas levantando en exceso el embrague puede terminar con el piloto por los suelos, con estas mini motocicletas hay que dominar el arranque para evitar destrozarlas a la primera de cambio. Para comprobar si la dirección está bien, soltamos el giroscopio que comanda los giros. Si la moto va recta, todo va bien. Si no, debe revisarse para que alcance el equilibrio perfecto.
Es recomendable estrenarse en un terreno liso y muy amplio, evitando obstáculos que, en estos primeros compases de la película, puedan hacer añicos la moto. Cuando la tengamos dominada en una zona de grandes espacios, estaremos listos para entrar en un circuito. No antes. Prepárate para levantar la moto del suelo millones de veces en las primeras vueltas. Lo más probable es que en cada curva pierdas el equilibrio y tengas que acercarte para ponerla derecha. Solo con la práctica se alcanza un cierto dominio del mando y de la moto. Y cuando la controlas…, una maravilla.
Si lo tuyo es el ‘off road’, en las tiendas especializadas tienes un montón de modelos distintos, con los neumáticos preparados para soportar los terrenos más hostiles. Algunas de ellas disponen de un estabilizador en la rueda trasera que reduce el riesgo de caídas. También incluyen suspensión para realizar saltos de todo tipo y levantar rueda.
El Equipo Repsol Honda dispone de su propia versión en miniatura. Basta con bucear por la red para encontrar réplicas que son auténticas maravillas tecnológicas. ¿Algo mejor que tener el control sobre Marc Márquez o Dani Pedrosa?
Foto portada: Miki Yoshinito | Flickr
Donde puedo encontrar una moto teledirigida con piloto de repsol?