“Me lo comería” es una expresión que suele usarse cuando nos encontramos con un bebé de esos preciosísimos. No es textual, claro, solo es una manera de decir que es un niño muy bonito. Cuando hablamos de motos, a nadie se le ocurre echar mano de estas palabras. No se estilan en el mundo motero. Pero hay gente que lo pone difícil. Y no porque sus motos sean irresistibles, sino porque son realmente comestibles. Pasteles, tartas, galletas, verduras, frutas, etc. Cualquier elemento que tenga una mínimo solidez sirve para reproducir todo tipo de motocicletas. Incluidas las de Marc Márquez y Dani Pedrosa.
Antes de entrar en materia, hay que admitir que en esto de las motos digeribles hay dos niveles. Están los que preparan una sorpresa para un familiar, y que hacen lo que pueden con recetas caseras, y luego están los auténticos artistas, que te fabrican una ‘Chopper’ con cualquier alimento.
En esta segunda categoría llaman la atención tres nombres. El primero es Huang Mingbo, un joven de Taiwán que construye motos con langostas. Las presentó en el 2011 en un evento gastronómico en la ciudad china de Fuzhou. Explicó que estaba harto de tirar a la basura las corazas de este delicioso marisco, y que pensó que esta sería una buena manera de reciclarlas. El realismo es estremecedor: faros, llantas, asiento, caballete, depósito, escapes…
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Otro crack es Cristiam Ramos, un chico de Orlando (Florida, EEUU) que para su moto a tamaño real usó 20.000 golosinas. “Me encanta crear cosas diferentes con materiales nuevos”, asegura este artista, que con este trabajo batió un récord mundial. Las chucherías también le han servido para fabricar retratos de personajes como Justin Bieber, Michael Jackson, Elvis Presley o Lady Gaga.
Por último, no podemos olvidarnos del artista y fotógrafo rumano Dan Cretu, un tipo que con unos pimientos y unas limas te construye una moto que tienes que mirarla de cerca para darte cuenta de que está hecha con verduras y frutas. Entre sus producciones a base de alimentos, también encontramos casetes, bicicletas, cámaras de fotos o balones de fútbol.
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Entremos ahora en la categoría de los ‘amateurs’. Aquí cabe absolutamente de todo, desde el papá y la mamá que le preparan un pastel en forma de moto a su hijo hasta la pareja del motero/a que sorprende a su media naranja con una tarta que intenta reproducir a su otro amor. Se nota que hablamos de personas que no son profesionales de la pastelería. Pero ojo, a pesar de las imperfecciones, aquí se valora mucho más la intención. Motos que circulan sobre una base de trufa que emula una pista de ‘Dirt Track’, podios construidos a base de kilos de chocolate, reproducciones en miniatura del homenajeado junto a su moto, cascos o neumáticos. Todo lo que rodea al mundo de la moto es susceptible de terminar sobre una mesa con un montón de velas clavadas en la superficie.
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También hay quien aprovecha una efeméride para recordarle al mundo quiénes son sus ídolos. Como esta tarta que se hizo para Dani Pedrosa en el día de su cumpleaños. Todo un detalle que se incluyera el nombre de Repsol en el depósito de la Honda.
También Márquez ha tenido su dosis de dulce. Como este pastel que se hizo para un niño, de nombre Guille, en su tercer aniversario. Espectacular. ¡Y con copa incluida!
Quizás no te comerías la moto con la que sales los fines de semana (aunque te gustaría). Pero ahora ya sabes que siempre que te apetezca, también puede llevar tu mayor pasión en el estómago. ¡Que aproveche!
Foto cabecera: Pexels