Shimmy: qué es y por qué se produce

Si montas en moto con asiduidad y nunca has experimentado un «shimmy», estás de enhorabuena. La verdad es que es una experiencia que no debes desear, porque es poco grata y, además de asustarte mucho, puede provocarte incluso una caída.

¿Qué es el efecto «shimmy» en moto?

El «shimmy» fue un baile de salón que estuvo muy de moda hace aproximadamente un siglo. Se caracterizaba por una posición rígida del tronco, los codos ligeramente doblados y un movimiento alterno de los hombros: mientras se movía un hombro hacia delante, se echaba el otro hacia atrás y viceversa, manteniendo las manos en el mismo sitio. Y un buen día a alguien se le ocurrió que aquel baile se asemejaba mucho a lo que en algunas ocasiones nos puede suceder mientras conducimos nuestra moto con cierta alegría.

El «efecto shimmy» en moto se puede definir como una serie de movimientos bruscos e indeseados que se producen en la dirección de la moto, agitando el manillar de un lado a otro repetidamente y que impiden el correcto control de la moto. Además, pueden estar provocados por distintos motivos y se pueden solucionar de diferentes maneras, un buen mantenimiento de tu moto puede reducir notablemente estos efectos. Sin embargo, los resultados son semejantes independientemente de cuál sea la causa.

¿Por qué ocurre un «shimmy»?

Realmente no está muy claro, porque es una situación difícil de forzar y que la mayoría de las veces se produce por sorpresa. Sí es cierto que para que experimentemos uno debemos circular un poco rápido, porque yendo despacio es muy difícil que se produzca. También es verdad que si cambiamos los neumáticos antes de que se desgasten mucho y mantenemos las suspensiones en buen estado y bien reguladas para nuestro peso, será más difícil que suceda. Sin embargo, se puede decir que nunca estamos exentos de experimentar uno, porque incluso con la moto en perfecto estado, un «shimmy» lo puede provocar un asfalto en mal estado, un cambio de rasante, un acelerón a destiempo, una mala posición sobre la moto o un exceso de carga en la parte trasera. Del mismo modo, un badén limitador de velocidad o un «guardia tumbado» pueden propiciarlo.

Por lo general, un «shimmy» se produce cuando el neumático delantero tiene poca carga y no está bien asentado sobre el asfalto. Sin embargo, por suerte, no siempre se produce cuando ocurre esto. Luego, depende mucho del diseño, de las geometrías del chasis o del tipo de neumáticos que estemos utilizando. Por ejemplo, las motos deportivas, que se caracterizan por ser más cortas y por una horquilla con un ángulo de lanzamiento cerrado, son más propensas a hacer «shimmies» que, por ejemplo, las motos de tipo trail.

Otras veces, y aunque sea difícil de comprender, los violentos trallazos que produce el «efecto shimmy» en la dirección pueden estar provocados por un neumático trasero desgastado. También una mezcla indebida de neumáticos puede provocarlo, por lo que no es aconsejable montar distintos tipos de neumáticos o de marcas diferentes.

Del mismo modo, conducir la moto con los brazos demasiado rígidos o con las manos agarradas con demasiada fuerza a los mandos de la moto, puede hacer que la moto no se comporte correctamente y motivar a que se produzca un «shimmy». Debemos conducir nuestra moto de manera relajada, aprovechando el peso del cuerpo y repartiéndolo debidamente entre puños, estribos y asiento. Llevándola de esta manera, también nos cansaremos menos.

¿Cómo debemos actuar cuando sufrimos un «shimmy»?

Por instinto, lo primero que hacemos cuando sufrimos un «shimmy» es desacelerar de golpe e intentar frenar, y estás reacciones puede acrecentar los movimientos del manillar y aumentar las posibilidades de que suframos una caída. Si la carretera nos lo permite y tenemos espacio suficiente por delante, lo suyo es desacelerar poco a poco a la vez que cargamos más peso sobre el eje delantero, y dejar que la moto reduzca la velocidad por sí sola hasta que cesen las oscilaciones de la dirección. Siempre que el «shimmy» no sea muy violento o que se produzca a una velocidad muy alta, es muy probable que los movimientos se calmen y la moto vuelva a su posición natural. Entonces, nos habremos llevado un buen susto, pero, al mismo tiempo, habremos salido airosos de la situación.

¿Qué podemos hacer para no sufrir un «shimmy»?

Además de mantener los neumáticos y las suspensiones en buen estado, con las presión de neumáticos adecuada y los reglajes correspondientes, montar un amortiguador de dirección puede ayudarnos a frenar los movimientos indeseados de la dirección en el que caso de que se produzcan. El correcto apriete del eje de la dirección, con sus rodamientos bien engrasados, también puede impedir que nos llevemos un buen susto.

Otra recomendación, es conducir adoptando una posición correcta sobre nuestra moto. Echar el peso demasiado atrás o ir muy apoyados en el asiento, sin repartir parte del peso en nuestras extremidades, puede provocar que la dirección se quede más suelta de lo debido e incitar a que se produzca un «shimmy». Aunque conduzcamos en línea recta, siempre deberemos ir con parte de nuestro peso cargado sobre el tren delantero y así evitar que se aligere más de lo debido.

En el caso de que experimentemos un «shimmy», será muy importante saber cuál ha sido la causa y solucionar el problema para que no nos vuelva a suceder. Otra cosa que debemos tener en cuenta es que cuando se produce el «efecto shimmy», las violentas sacudidas de la dirección pueden hacer que se separen las pastillas del freno delantero, por lo que deberemos presionar varias veces sobre la maneta para que las pastillas se aproximen de nuevo al disco y así puedan cumplir con su misión.