La crisis de los 40 existe. Vaya que si existe. Y el primero en tipificarla, describirla y trabajar sobre ella fue Daniel J. Levinson. Se refiere al momento de la vida en que tanto hombres como mujeres llegamos a la mitad del camino y nos da por pensar demasiado. También se llama crisis de la mediana edad.
Uno empieza a hacerse preguntas importantes del tipo: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Es algo por lo que han pasado, pasan y pasarán todas las personas que conocemos.
Es un momento de crecimiento muy importante donde se asientan creencias nucleares y uno se libera de muchas presiones que de repente, pierden importancia. Adquieren peso los grandes conceptos y todo sucede en un proceso tumultuoso, caótico y a menudo desconcertante tanto para el que lo vive como para la persona que acompaña a quien lo sufre.
La necesidad de libertad, de liberarse de las obligaciones que uno va adquiriendo a medida que crece, de reencontrarse con uno mismo se convierte en una de las características comunes de todo el que la sufre. Todo molesta. La familia molesta. Las obligaciones molestan. El trabajo molesta. Coge fuerza aquello de “lo dejo todo y monto un chiringuito en la playa”. Algo en nuestro interior nos culpabiliza por seguir igual que cuando teníamos 30 y a la vez, hay otra fuerza en nosotros que nos anima a tomar decisiones para cambiar todo eso. Y ahí. Justo en ese punto. En ese momento exacto es donde muchos decidimos comprarnos una moto.
Una moto como la que siempre quisimos. Una moto que nos va a volver a hacer sentir libres. Que nos dará la posibilidad de sentir que podemos ir a cualquier lado notando el aire, el calor, el frío. Una moto que se va a convertir en ese pequeño acto reivindicativo anti edad que nos permitirá superar la crisis de una manera más cómoda, muy digna y además, incorporar algo nuevo en nuestro día a día.
Son muchos los casos. Gente que realmente le ha cambiado la vida. Que ha empezado a salir en ruta los fines de semana. Que ha retomado un hobby que tenía con 16 o 17 años en su lugar de veraneo cuando llevaba un ciclomotor para ir a bañarse a la playa, al río o al pantano.
Como decíamos al principio, la crisis de los 40 existe. Y pasarán muchas cosas por tu cabeza. Alguna de ellas incluso buena: la posibilidad de aficionarte a un deporte que te va a permitir disfrutar de la libertad y que disfrutan miles y miles de personas en toda España cada fin de semana.
https://en.wikipedia.org/wiki/Daniel_Levinson
Foto de cabecera: Chris Wheal | Wikimedia