En el post sobre las motos más grandes jamás construidas pudimos comprobar que hay cierta competencia sobre cuál es la máquina más monstruosa del planeta. Hoy hablaremos de la más pequeña. Y aquí no hay ningún debate. Os presentamos a la minúscula Small Toe, la moto más diminuta que se puede pilotar en todo el mundo.
El autor de esta pequeña máquina es el ingeniero sueco Tom Wiberg. Quizás os suene el nombre, puesto que este licenciado está inscrito en el ‘hall of fame’ de motocicletas gigantescas con su modelo Big Toe. Esta versión la construyó en 1998 y medía 2,3 metros de altura. Cinco años más tarde volvió a encerrarse en su taller para dar vida a la pequeña de la familia. La Small Toe cabe en la palma de la mano y no es ningún juguete, ya que usa el mismo combustible que las motos convencionales. Tiene el tamaño de un cartón de leche y está construida a partir de un bloque de aluminio mecanizado.
El Libro Guiness de Los Records la acreditó como la más pequeña del mundo después de que Wiberg rodara 11 metros con ella a la vertiginosa velocidad de 2 kilómetros por hora. Solo posee 0,3 caballos de su motor, para usarla es necesario colocarse unos adaptadores de metal en los zapatos que se ajustan a la máquina a modo de estriberas. La posición no es muy cómoda (abstenerse moteros con problemas de espalda), y tampoco parece probable que se pueda clavar rodilla en las curvas. De hecho, girar no es una opción en la Small Toe, ya que el manillar en miniatura está fijado al resto de la estructura. Nadie ha ido más allá de esos 11 metros, así que no va a ser un inconveniente. El creador intentó acoplar unos neumáticos, pero no fue capaz de encontrar unas gomas tan pequeñas que fueran capaces de aguantar el peso de un humano adulto.
Como ya hemos dicho antes, esta máquina no tiene rival en cuanto a tamaño se refiere. Pero sí existen otras motos pequeñas igualmente curiosas. Conozcamos un par de ellas. La primera es la Honda Z100, popularizada en los años 60. Equipada con un motor de cuatro tiempos, pesaba unos 40 kilos y calzaba un motor de 49cc. Se la conocía como la Monkey Bike, ya que fue creada por el padre de la marca japonesa, Soichiro Honda, para el parque temático Tama Tech, a las afueras de Tokio.
Debido a su éxito, la compañía decidió comercializarla en 1963 con una versión renovada, la CZ100. Otra moto de bolsillo similar, que irrumpió en el mercado en los años 70, fue la Heald Super Bronc, con un aspecto mucho más agresivo y un motor de 306cc.
Motos chiquitinas, sí. Pero ninguna ha podido por el momento con la Small Toe. Las habrá más rápidas y aerodinámicas, pero seguirá siendo la única que te cabe dentro del casco.
Foto cabecera: Guinessworld