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El Wrapter es un buen amigo de las mujeres moteras con el pelo largo. Desenredar tu pelo del entuerto provocado por el viento y la velocidad es un dolor similar al que recorre tu cuerpo cuando rascas el carenado con la columna de un aparcamiento estrecho. ¿De verdad esto no tiene solución?
La estadounidense Andrea Linder tenía ese mismo problema cada vez que salía a rodar con su moto. Hasta que, harta de improvisar soluciones, inventó un aparato tan sencillo como eficaz que bautizó como Wrapter. De lo que se trata es de cubrir el pelo con una funda de muy fácil colocación. Basta con hacerse una coleta, enrollar el cabello dando vueltas sobre sí mismo e introducir el ‘calcetín’ por las puntas. Se desenrosca hasta la base capilar, se encaja con la goma con la que hemos hecho la cola y listos.
Seguramente ya habrás probado las tres posibles soluciones a este problema y te habrás dado cuenta de que no resuelven nada. La primera es convertir tu melena en una pequeña pelotita de pelo e introducirla dentro del casco. Eso es incómodo y muy malo para tu cabello. La segunda implica meter toda la pelambrera dentro de la ropa, pero con el movimiento sobre la moto, termina por desprenderse y volando a su aire. La tercera es la clásica trenza que, a cierta velocidad, acaba convirtiéndose en un auténtico látigo capaz de marcarte la piel. Podría haber una cuarta, que es colocar a tu pareja detrás y pedirle que te sujete el pelo. Eso es amor, pero también podrías terminar por los suelos en una curva. Y una quinta, que pasaría por cortarse el pelo, pero esa es una opción extrema que no le deseamos a nadie, por mucho que ames la moto.
El Wrapter, que mide unos 43 centímetros y puede adquirirse en diferentes colores, nació como un complemento motero, pero sus creadores se dieron cuenta rápido de que puede ser útil para muchas otras situaciones de la vida diaria. Se puede utilizar para hacer deporte (correr o ir en bici), para pilotar un coche descapotable sin acabar de los nervios o para hacer submarinismo o nadar (sí, se puede mojar).
En cuanto al mantenimiento, se puede meter en la lavadora y en la secadora sin problemas.
Llevar la melena al viento es muy poético. Puede ser una metáfora de la libertad que persigue cualquier motero. Pero seamos prácticos: el aire mejor sentirlo en la cara que sufrirlo en la espalda.
Foto cabecera: Pixabay