Ruggia forma parte de la evolución del estilo de conducción en el motociclismo de velocidad. Está llena de lejanos nombres que probablemente pocos recuerden, pero todos ellos dieron un paso adelante en cada momento innovando en la forma de pilotar.
El comienzo del Campeonato del Mundo en 1949 sobre circuitos en carretera abierta fue una era de pilotos hieráticos y perpetuamente agazapados sobre el depósito de combustible de sus motos para mejorar la aerodinámica. También en las curvas.
Tras aquellos románticos comienzos, en 1961 un menudo australiano llamado Tom Phillis luchaba sobre una Honda por el primer título de un fabricante japonés en el Mundial. Phillis ganó el Campeonato cuando su rival Ernst Degner desertó de la RDA para compartir sus conocimientos sobre los motores de dos tiempos de MZ con sus competidores de Suzuki.
Estilo Phillis
Entre todo lo inusual que pudo ocurrir en aquella azarosa temporada surgió el estilo de pilotaje de Phillis, sacando el cuerpo para acompañar la inclinación de su moto en las curvas, y aproximando la rodilla al asfalto. Poco tiempo después todos los pilotos del mundo imitaban su estilo.
En la década siguiente el campeón finlandés de Ice Racing, Jarno Saarinen, daba sus primeros pasos en la velocidad y se llevaba al asfalto las inclinaciones surrealistas de sus tiempos sobre el hielo con neumáticos de clavos.
Ese estilo salvaje con la rodilla en contacto con el suelo llamó la atención de un consumado especialista en DirtTrack, el norteamericano Kenny Roberts, y lo puso en práctica en la velocidad como fórmula de supervivencia en la era de las potentísimas 500 cc con motores de dos tiempos.
Sus formas fueron inmediatamente seguidas por sus rivales, marcando un nuevo punto y aparte en la evolución que dio lugar a una de las eras doradas de la velocidad en los 80 y los 90.
A mediados de la década de 1980 en el Campeonato del Mundo ya se competía con los primeros neumáticos radiales. La potencia brutal de las 500 cc había forzado el desarrollo chasis, suspensiones y frenos, aumentando considerablemente la velocidad de paso por curva.
Las tumbadas de Ruggia
Fue en la categoría de 250 cc –actualmente Moto2- donde se empezaron a ver los primeros codos sobre el asfalto. Ya fuera con Yamaha en 250 ó 500 cc, o con la Aprilia -en su retorno al «cuarto de litro» a mediados de los 90-, se considera a Jean Philippe Ruggia el primer piloto al que se le vio habitualmente deslizar los codos sobre el asfalto con sus fantásticas tumbadas.
Hay que decir que lo de Ruggia tenía una explicación; prefería los semimanillares de sus motos posicionados en un ángulo muy abierto, lo que facilitaba de forma determinante que pudiera llegar al asfalto con los codos.
La vuelta a escena de los motores de cuatro tiempos a MotoGP a partir de 2002, un nuevo salto en el desarrollo de los neumáticos, en la capacidad de torsión lateral de los bastidores y la aplicación de electrónica para controlar la entrega de potencia ha elevado el paso por curva a un nivel más extremo.
Actualmente, prácticamente todos los pilotos tienen que utilizar deslizaderas en los codos. ¡Qué será lo siguiente!, ¿los hombros? Bueno, en realidad Marc Márquez y otros pilotos han llegado ya a los 64 grados de inclinación y no es difícil encontrar imágenes en internet del alemán Stefan Bradl en el GP de Cataluña de 2013 arrastrando el hombro por encima del piano.
Foto cabecera: Repsol