El piloto fantasma
Aquellos que estén familiarizados con los videojuegos de carreras como la saga Gran Turismo o el simulador de MotoGP para la PS4, seguramente conocerán esta peculiar herramienta para ayudar a mejorar los tiempos del jugador. El piloto fantasma no es otra cosa que una referencia visual de nuestra mejor vuelta que se presenta como una versión de nosotros mismos rodando a nuestro par y que nos invita a batirnos con este oponente imaginario.
Hasta hace poco, esta tecnología estaba limitada a su uso en videojuegos y simuladores, pero recientemente podemos verla en uso en la Red Bull Air Race. En la competición más rápida del aire, se usa un sistema que permite al público ver una sobreimpresión del avión de un competidor sobre el que está volando en ese momento. Esto permite al espectador comparar la vuelta del piloto que está en pista con la de los que han salido antes. Para este fin se usan una gran cantidad de mediciones GPS y datos del avión, así como cámaras de TV que permiten en su conjunto, crear esta imagen sincronizada.
Turbocompresores
A principios del siglo XX, el ingeniero Alfred Buchi ideó un sistema que aumentaba el rendimiento de los motores, forzando aire al interior de los cilindros. Esta tecnología permitiría a los aviones volar a mayor altitud y con un mayor desempeño. En los años 70, el “turbo” pasó a aplicarse en competición, aunque tan solo en vehículos de 4 ruedas y en décadas posteriores pasarían a hacerse un espacio en los vehículos de calle. Algunas motos como la Honda CX500TC Turbo de 1982 también contaban con esta característica, pero el resultado no caló del todo en el mercado de las motocicletas.
En la más alta competición, encontramos que los F1 llevan aplicando la tecnología del turbo desde hace unos años tras haberla abandonado temporalmente en 1989. ¿Podemos imaginar entonces una MotoGP turboalimentada?
La posibilidad no es tan descabellada, pero requeriría de una remodelación completa de los motores y la mayoría de componentes de la moto. Uno de los cambios claves sería la necesaria reducción de cilindrada o de revoluciones por minuto que puede alcanzar el propulsor, todo con el fin de que la montura no se volviese completamente indomable por exceso de rendimiento.
Sistema híbrido
La necesidad de aumentar el rendimiento y de explorar nuevas tecnologías que contribuyan a reducir las emisiones contaminantes ha hecho que los sistemas de propulsión híbridos se hayan hecho un hueco en la competición. Estos están basados en un motor de combustión que cuenta con el apoyo de uno eléctrico.
Esta tecnología lleva años aplicada en competiciones como la F1 y las 24 horas de Le Mans, así como vehículos de calle, pero es muy minoritaria en el mundo de las dos ruedas con tan solo unos pocos modelos comercializados.
Telemetría avanzada
En las retransmisiones de MotoGP podemos disfrutar de toda una selección de datos en tiempo real relativos a la moto. Por su parte el piloto puede ahora mediante el “Virtual Board” recibir mensajes del equipo como consejos o información de las banderas. Pero todo esto no es ni de lejos comparable con la cantidad de datos que reciben y transmiten los vehículos en otras competiciones.
En la Fórmula 1 y la Red Bull Air Race, toda la información del vehículo es enviada y analizada en tiempo real. Esto incluye temperatura en la cabeza de los cilindros, presiones de diversos sistemas y estado de elementos auxiliares entre una plétora de datos disponibles para los equipos.
Aunque hoy en día los sistemas de telemetría avanzada solo se usan para recoger y analizar información, a principios del siglo XXI, la Fórmula 1 utilizaba un sistema de dos vías que permitía a los ingenieros hacer modificaciones en pista.
Aerodinámica compleja
La aerodinámica es un gran aliado en todos los deportes de motor, pero puede ser también un terrible obstáculo para lograr el rendimiento deseado. En MotoGP, los elementos aerodinámicos aparecieron hace poco y se han visto modificados según la normativa, que ha ido adaptando a su aparición. Sin embargo, la aerodinámica que se usa en otras disciplinas es mucho más elaborada y presenta elementos móviles.
En la Red Bull Air Race y otras competiciones aeronáuticas, es necesario hacer un estudio exhaustivo de las formas y tamaños para sacar el máximo rendimiento al vehículo. Es necesario que el avión genere sustentación mientras reduce la resistencia que opone al avanzar y al girar. Esto se complica aún más cuando queremos manejarlo en las 3 dimensiones. Con el fin de obtener el desempeño deseado, los equipos pueden llegar a probar una gran cantidad de piezas y soluciones aerodinámicas como winglets y la piel de tiburón.
En Fórmula 1 podemos encontrar el sistema DRS, que permite al piloto cambiar el ángulo de su alerón trasero para reducir el freno que genera durante unos breves momentos y lograr un aumento de velocidad mientras el resto del vehículo busca lograr la mayor adherencia posible al asfalto.
Estas cinco tecnologías son una muestra de las cosas que podrían aparecer en la competición en años venideros, aunque si nos ponemos más creativos, puede que lleguemos a ver cosas como las que os mencionamos en este otro reportaje.