En el verano del 2010, un grupo de amigos de Cervera (Lleida) se reunieron para crear una peña en homenaje a Marc Márquez. El padre del piloto les dijo que adelante, les animó a montar un fanclub porque su hijo, sin ninguna duda, les reconocería como sus escuderos oficiales. ¡Qué mejor que en su localidad natal! En aquellos tiempos, Márquez se estaba jugando el título en la categoría de 125cc. Tenía 17 años. Siete años y cinco títulos después, el club está a punto de alcanzar los 2.000 socios. Todos, en cuanto se unen a esta pequeña gran familia, reciben un welcome pack que incluye el carnet, una camiseta y una braga de cuello. La cuota es de 45 euros al año.
Ramón Márquez es el presidente del Official Fanclub Marc Márquez y tío del actual Campeón del Mundo de MotoGP. Nos cuenta cómo se organizan, cómo viven las carreras, las visitas internacionales que reciben. Y recuerda la infancia de Marc, ese chaval “que siempre quería ganar”.
Los seguidores de Márquez, relata Ramón, solían reunirse los domingos de carrera en el restaurante La Bona Teca de Cervera. Tenían una sala grande y unas buenas teles, así que era el lugar ideal para disfrutar y sufrir con ese chico que todos conocían y que habían visto crecer, siempre pegado a una moto. Cuando crearon el club abrieron su sede en el número 1 de la Rambla Lluís Sampere. Instalaron una tienda con todo tipo de productos y unas oficinas en un local que llevaba varios años cerrado y que había sido un establecimiento de venta y reparación de electrodomésticos. Las carreras siguen mirándolas en el mismo restaurante, que pasaría a llamarse Nobadis en cuanto el hijo se hizo cargo del negocio. Tienen dos pantallas gigantes, y los días que se reúne un montón de gente (llegan a ser más de 150), en el piso de arriba tienen una sala de banquetes desde la que también pueden seguir a su ídolo.
Ramón explica que han recibido visitas de todo el mundo. Entre sus 1.900 socios (algunos son recién nacidos) hay fans de Suráfrica, Argentina, Estados Unidos, Japón, Australia o Indonesia. Este último país está plagado de fanáticos de las motos, de hecho, una joven de allí estuvo hace unas semanas en Cervera. “Creo que lo pasó en grande”, cuenta el presidente del fanclub. No es difícil encontrarse por esta pequeña ciudad de 10.000 habitantes a algún turista alucinando con el museo dedicado a Márquez, disfrutando de la gastronomía local, o hablando con Ramón para que les cuente cómo era el piloto de pequeño. “Hay algunos que han tenido la suerte de que Marc estuviera en Cervera y se han podido hacer una foto con él”, explica.
Los días de carrera son una auténtica explosión de sentimientos. Cuenta Ramón que hay un poco de todo, desde el que no se mueve de la silla, analizando cada curva, hasta el que grita como si no hubiera mañana en cada maniobra de Márquez. “Cuando hace uno de sus adelantamientos especiales o parece que corre peligro, la gente chilla y se levanta de la silla. Hay alegría, nervios…, cada uno lo vive a su manera”.
Aprovechamos para pedirle a Ramón Márquez que nos cuente cómo era el piloto en su infancia y cómo lo ve ahora. “Marc es exactamente como la gente cree que es. Es un chico muy transparente, que le encanta lo que hace. Es alegre, fiel a los suyos. Y también muy competitivo. Si va segundo, ten por seguro que buscará una puerta para poder ponerse primero. Siempre ha sido un luchador y nunca le ha gustado perder, ¡ni jugando al parchís! Su vida es moto, moto y moto”.
El presidente del fanclub admite que en el 2010 no se imaginaba que Marc pudiera llegar tan arriba. Ahora cree que esto no ha hecho más que empezar.
Foto cabecera: Repsol