¡Hola a todos! Las vacaciones se acaban para nosotros y aprovecho para explicaros un poco lo que he hecho y qué ha sido de mi vida durante este parón.
Aunque los inviernos siempre son algo largos, porque eso de no tocar la MotoGP durante tanto tiempo cuesta, la verdad es que ha sido un invierno intenso de entrenamientos por las montañas, en altura, y mucha moto de distintas disciplinas para llegar lo más preparado posible a los primeros test de Sepang.
Este año he hecho mucho motocross, ya que es una disciplina que te ayuda en muchos aspectos, sobre todo físicamente. Te pone en un tono muscular muy bueno para empezar la temporada con la MotoGP y, además, es un entrenamiento que te mantiene muy despierto psicológicamente para afrontar el inicio de temporada.
Además, aunque también lo hago en mis días libres, aprovechaba para dar paseos con Eina, mi perrita, como parte del entrenamiento. Es algo que me ayuda mucho a evadirme, porque el paisaje y el lugar ayudan mucho. Es un momento que encuentro para mí y mi perrita, que podemos estar juntos y desconectar un poco del mundo, sin ruido, sin gente… Un poco separados de la vida cotidiana.
A parte de entrenar, he aprovechado para estar con la familia. Algo que, para mí, es lo más importante y lo que realmente no puedo hacer durante el año. A lo largo de la temporada, pasamos la mitad del tiempo viajando con el equipo, que es como mi segunda familia. Pero no puedo estar con mi mujer y mis hijas tanto como me gustaría, así que durante la pretemporada es mi oportunidad de poderlas llevar a la guardería o de ponerlas a dormir, cambiar pañales, darles el biberón… Lo típico que hace la gente y que yo solo tengo la oportunidad de hacerlo a tiempo completo en invierno.
Ahora ya ponemos rumbo al calor de Sepang y tengo que decir que no lo llevo muy bien. No soy un amante del calor, quizá porque durante toda la pretemporada paso mucho tiempo entrenando en un clima frío y con nieve. Es un cambio muy drástico y por eso intento ir un poquito antes, para tener una adaptación más llevadera. Sin embargo, es el primer contacto con la moto y es algo que llevamos esperando todo el invierno.
Ahora ya conocéis un poco más de mi vida, al menos fuera de los circuitos. ¡Nos vemos en próximos blogs!