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¡Hola amig@s de Box Repsol! En mi último blog os conté que Cervera es para mí un sinónimo de tranquilidad y de estar con los míos. Cuando estamos en los Grandes Premios, me gusta disponer de todo aquello que me suponga la mayor comodidad y tranquilidad para estar centrado en la competición durante el fin de semana. Por ello, desde hace varios años, decidí tener un motorhome en el paddock donde poder estar los cuatro días dentro de los circuitos europeos, sin necesidad de desplazarme.
Vivir en un motorhome es como vivir en un piso. Prácticamente es mi segunda casa y tuve la suerte y la oportunidad de poder hacerlo a mi gusto y diseñarlo yo mismo –dentro de las limitaciones que tiene– para hacerme sentir como en ella. Está muy bien equipado y cuento con todo lo necesario, con varios espacios típicos de una vivienda: desde un comedor hasta una cocina donde, aunque solo se puede calentar la comida, tiene un fregadero y una lavadora. También hay tres cuartos de baño y tres habitaciones, donde dormimos actualmente cuatro personas: mi hermano Álex en una, Jose –quien me ayuda en los circuitos– y mi padre en otra, y yo en la tercera. Cada uno tiene organizado lo suyo, su rincón dentro del motorhome y su privacidad dentro de él.
No solo lo uso para dormir y para relajarme, también hago fisioterapia, desayuno allí casi siempre y paso el poco tiempo libre que tengo. La mayor parte del día me muevo entre el box y la oficina del camión, pero hay momentos en los que sí busco más tranquilidad y cambiar un poco de ambiente, y entonces voy al motorhome. También ha sido punto de encuentro para hacer alguna que otra reunión secreta e incluso se han celebrado pequeñas fiestas, ¡pero hasta aquí os puedo contar!
Para llevar el motorhome de un circuito a otro, mi padre es quien se encarga de la gestión y el mantenimiento. Fue idea suya, porque siempre tuvo la curiosidad de llevar un camión y, aunque le avisé de que sería una tarea cansada y que sería una paliza, a él le gusta, ya que así está ocupado y tiene sus propias obligaciones. Y yo estoy encantado, ¡mejor que él no lo va a cuidar nadie! Desde entonces, cada día me cae alguna que otra bronca por su parte. Pero no es porque sea desordenado, ¡es porque él es muy perfeccionista!
Una de las mayores ventajas que tiene un motorhome, y lo que más echo de menos cuando nos vamos fuera de Europa, es que nos permite ganar mucho tiempo. Me gusta despertarme, desayunar, ir directo al box, sin tener que coger el coche para ir al circuito los cuatro días. Tanto vosotros como yo hemos sufrido el tráfico para acceder a un Gran Premio normal y, con una situación sin pandemia –que esperemos que pase pronto–, me tenía que despertar mucho más pronto para evitar los atascos y así poder llegar a tiempo el domingo al Warm Up.
Espero haber resulto algunas de vuestras dudas respecto a mi vida en los circuitos. ¡Nos vemos en próximos blogs de Box Repsol!