En otras ocasiones hemos hablado de la complejidad logística que encierran las carreras consecutivas en el calendario de MotoGP. Hacer un par de grandes premios seguidos por Europa es todo un desafío y obliga a los equipos a realizar un importante sobreesfuerzo para llegar puntualmente a la cita y tener todo listo y organizado para el nuevo fin de semana de carreras. Pero cuando hablamos de afrontar una carrera transoceánica, el reto es aún más grande y complejo.
Desde hace ya varias décadas, MotoGP afronta un largo y complejo periplo con lo que se denomina el triplete asiático, el desplazamiento entre Japón, Australia y Malasia, en tres fines de semana consecutivos. Aunque familiarmente se circunscriben estos viajes en el mismo ámbito, conviene recordar que estas carreras están situadas entre sí a varios miles de kilómetros de distancia, y requieren de muchas horas de vuelo para desplazarse de una a otra, pero es algo que se hace con tanta regularidad y seguridad que apenas nos llama la atención.
Sin embargo, el calendario de MotoGP ha introducido algunos cambios con el regreso del Gran Premio de Indonesia, que terminó emplazándose en la parte inicial de la temporada, llevando la cita de Tailandia al tramo final, donde ya nos encontrábamos con las tres habituales carreras de la “gira asiática”, lo que ha forzado a Dorna a realizar una reorganización del calendario: se han situado de forma consecutiva las citas de Aragón, Japón y Tailandia, dejando un fin de semana de descanso para realizar después en un solo desplazamiento Australia y Malasia.
Reto logístico
Llevar de un lado del otro del globo terráqueo todo el material de MotoGP no es nada nuevo para la organización del campeonato, que lleva treinta años lidiando con esta labor con enorme éxito. Todo el mundo vive en alerta ante posibles complicaciones en el traslado. El viaje de Indonesia a Argentina en el pasado mes de marzo tuvo diversos imprevistos que forzaron a suspender la primera jornada de entrenamientos en Termas de Río Hondo, ante el retraso en la llegada de uno de los aviones con el material.
Aquello sirvió como aprendizaje, y despertó el interés por cómo es la logística de los desplazamientos transcontinentales en MotoGP. Curiosamente quien salió ganando fue la web que monitoriza los vuelos aéreos, que en pocos días vio multiplicadas sus visitas… En aquella ocasión, el imprevisto surgió de un avión averiado en una escala técnica en Mombasa. Y la situación se complicó por las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha dejado en tierra a una buena parte de la flota de aviones cargo del mundo, por las sanciones derivadas de este suceso. La logística de los transportes transcontinentales es un poco más compleja que otra serie de transportes. Si un avión se estropea, no te apeas y coges el siguiente, como puedes hacer con el autobús o el metro. Es algo más complicado…
Puede parecer demasiado arriesgado enlazar las carreras de Aragón y Japón, pero tenía su sentido para la planificación del campeonato. Así que, llegados a este punto, Dorna decidió abordar este traslado con un planteamiento conservador, por si acaso surgía cualquier imprevisto, tras la experiencia vivida en el traslado del material hasta Argentina.
El tráfico aéreo siempre es vulnerable cuando la ruta aérea es con destino a Asia. Evitar entrar en el espacio aéreo ruso, que sería una de las vías directas más cómodas volando con destino a Finlandia y desde allí a Japón, implica buscar rutas alternativas, como por ejemplo vía Anchorage (Alaska) hasta Tokio. Finalmente se ha optado por la ruta asiática, haciendo una escala por el camino: dos aviones harán una parada en Doha (Qatar), y los otros dos en Tashken, la capital de Uzbekistán, antes de proseguir su vuelo con destino a Japón.
Como primera medida se decidió que la jornada de entrenamientos del viernes en Motegi, se limitara a una única sesión por la tarde, de más duración de lo habitual, para conceder a los equipos de un tiempo suplementario en la mañana del viernes 23 de septiembre para terminar de organizar sus estructuras y montar todas las motos.
Cientos de toneladas
Mover el Mundial de MotoGP de un lado al otro del planeta supone desplazar cientos de toneladas de material. En este caso son necesarios cuatro aviones cargo de gran volumen, tipo Boeing 747 o similar, para poder llevar todo: las motos y el material de los equipos –utillería, herramientas y recambios, equipamiento de los boxes-, el equipamiento de los pilotos –cascos, monos, guantes, botas, etc, representan un importante volumen-, así como el material de la organización, que también supone una gran cantidad de toneladas a transportar.
La dinámica del flete no es diferente de las que se vienen realizando desde hace treinta años. Una vez que acaben las carreras en Aragón, los equipos se encargarán de empaquetar el material, lo que en el argot del paddock se denomina “hacer las cajas”, porque todo se guarda en unas cajas metálicas de un determinado volumen y peso. Si algún piloto tiene la mala fortuna de sufrir una caída y daña su moto, no habrá apenas tiempo de repararla y se enviará a Japón tal cual haya quedado. Así que cuando el equipo abra la caja en Motegi va a tener faena doble…
Todo el material empaquetado y etiquetado se transportará esa misma noche en camiones desde MotorLand al aeropuerto de Zaragoza, que está situado a unos 100 kilómetros del circuito. Si no hay contratiempos, los cuatro aviones cargo con el paddock de MotoGP en sus entrañas despegarán el lunes de Zaragoza con destino a Doha y Tashken, donde tras realizar sus respectivas escalas técnicas proseguirán viaje a Japón con destino al aeropuerto de Narita, en Tokio, donde aterrizarán el jueves. Allí esperarán varias docenas de camiones que se harán cargo del traslado de las cajas hasta el Twin Ring Motegi. El circuito está a unos 150 kilómetros del aeropuerto, pero se trata de un desplazamiento mucho más lento y tortuoso de lo que podéis imaginar, porque la red de autopistas en Japón no es muy amplia, y la mayor parte del recorrido es por estrechas carreteras convencionales con muchas travesías de población.
Y una vez en Motegi, los equipos iniciarán el frenético trabajo de desembalaje y montaje. Afortunadamente para el personal de las escuderías, en las carreras de fuera de Europa no hay hospitalities, así que las labores se centrarán en el montaje de los boxes y la puesta en orden de marcha de las motos. Como decíamos al principio, por precaución y para conceder más tiempo a los equipos, no habrá actividad en la mañana del viernes, y solo dispondrán de una sesión, algo más larga, en esa primera jornada. Los que salimos ganando con esta modificación somos los que veremos el Gran Premio en la distancia, ya que no tendremos que levantarnos de madrugada para ver en directo la sesión matinal del viernes…
Y cuando las motos hayan echado a andar, los encargados de la logística del campeonato podrán tomarse un respiro… momentáneo, porque solo dos días después volverán a afrontar un nuevo desafío para empaquetar y enviar todo el material hasta Tailandia. Viendo de donde había llegado el primer envío, ¡este nuevo flete es pan comido!