A sus 25 años –cumplirá 26 el 1 de septiembre– Joan Mir atesora un palmarés que ya quisieran muchos pilotos a lo largo de la historia del Campeonato del Mundo. Doble Campeón del Mundo en Moto3 (2017) y MotoGP (2020), su trayectoria en los Grandes Premios ha estado marcada por la brillantez de sus resultados. Y ahora, con su incorporación al Equipo Repsol Honda, se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera, y eso que la trayectoria de Mir está jalonada de continuos desafíos.
Mir forma parte de una creciente generación de pilotos mallorquines que han llenado de títulos las Islas Baleares, siguiendo los pasos de Jorge Lorenzo, porque tras los éxitos de este y de Mir, Izan Guevara y Augusto Fernández, también desde las islas, han sumado nuevas victorias para esta Comunidad.
Los inicios de la carrera deportiva de Joan Mir
Antes de optar por las dos ruedas, Mir dudó: ¿una minimoto o un skate? Su padre tenía una tienda de patines y era una opción lógica, pero la atracción de las dos ruedas fue superior. Los inicios de Joan en el mundo de la moto hay que buscarlos en las categorías de formación. Con diez años empezó a competir en minimotos, en la Escuela Lorenzo, y disputó la Liga Interescuelas, campeonatos de supermotard y la Cuna de Campeones, completando todos los pasos necesarios antes de ir a los circuitos grandes. A finales de 2012, recién cumplidos los 15 años, fue seleccionado para la Rookies Cup, el campeonato de promoción de jóvenes talentos que se encuentra integrado en el programa de Grandes Premios Europeos.
Joan permaneció dos temporadas en la Rookies, luchando en la segunda con Jorge Martín por el título, pero tuvo que conformarse con el de Subcampeón después de ganar tres carreras. Fue un año de emociones, una temporada difícil marcada por su enorme proyección y su talento, pero que no se vio recompensada con una oferta con la que poder completar la siguiente fase de su aprendizaje: el salto al Mundial, cosa que sí consiguieron otros de sus compañeros de parrilla. No había muchas alternativas, pero Joan no se rindió.
Dejó muestras de su calidad y capacidad de adaptación. Tomó parte en una prueba de la Copa de España Open 600, y se anotó la victoria, con solo 16 años, sobre una moto que casi triplicaba la potencia de la KTM de la Rookies. Y mientras exploraba diversas opciones de futuro, incluso plantearse el final de su carrera ante la falta de alternativas, le llegó la oportunidad de estrenarse en el Mundial Júnior de Moto3 del FIM CEV Repsol.
Y no pudo ser un debut más fulgurante: un contundente triunfo en Portimao que de repente le había convertido en el máximo candidato al título. De hecho, esa temporada 2015, fue el piloto con más victorias, pero desgraciadamente una serie de averías y alguna caída dejaron espacios en blanco en su casillero de puntos, y esos vacíos pesaron mucho en la clasificación final, terminando cuarto.
También tuvo una alegría: debutó en el Mundial en Phillip Island (Australia), sustituyendo al lesionado Hiroki Ono. Dejó una excelente impresión, aunque no pudo concluir la carrera debido a una caída al encontrarse la moto de otro competidor.
Piloto del Mundial: la carrera hacia la MotoGP
Su buen hacer esta vez sí le permitió dar el salto al Mundial de Moto3 en 2016, formando estructura con Fabio Quartararo y Andrea Locatelli. Era el novato del grupo, pero terminó siendo el mejor de los tres. En Austria logró su primera pole y su primera victoria, y aún tuvo oportunidad de sumar varios podios más a lo largo de la temporada, consiguiendo la quinta posición final en el Mundial y el reconocimiento como “Rookie del Año”, el mejor debutante del campeonato.
Con ese aval y una confianza extraordinaria, Joan abordó la temporada 2017 con máximas aspiraciones. La verdad es que no dio muchas opciones: ganó 10 de las 18 carreras del calendario, y sumó trece podios. Su superioridad fue absoluta y nadie pudo discutirle el título, ya que lideró la clasificación del Mundial de principio a fin, aventajando en 93 puntos al segundo clasificado, lo que le permitió coronarse Campeón del Mundo de Moto3 con dos carreras de antelación, y batiendo el récord de máxima puntuación de la categoría.
El siguiente paso fue Moto2. Fue un año duro, de aprendizaje, en la siempre ingrata categoría intermedia del Mundial, una clase que te puede aupar o te puede hundir, pero Joan supo salir a flote. Aunque no llegó a ganar ningún Gran Premio, consiguió sumar cuatro podios y la sexta posición final, que no era un mal resultado para un debutante. De hecho, volvió a anotarse el trofeo “Rookie del Año”.
La ambición natural de Joan, propia de todos los grandes campeones, hizo que no estuviera muy satisfecho con sus resultados, pero su talento y buen hacer no pasaron desapercibidos para Suzuki, que estaba a la búsqueda de talento joven para su equipo de MotoGP, y así fue como Joan Mir terminó convertido en piloto de MotoGP en 2019, con solo 21 años.
Su llegada a la categoría reina no estuvo exenta de complicaciones, porque el desafío de enfrentarse a una MotoGP no resultó sencillo, pero poco a poco consiguió coger el ritmo a la categoría. Desafortunadamente, un serio accidente sufrido en Brno le tuvo varias carreras fuera de combate, aunque en su regreso mantuvo su línea ascendente, finalizando duodécimo en su debut en la categoría.
En la temporada 2020, marcada por la pandemia, Mir sacó a relucir su enorme capacidad. En un año complejo e inusualmente corto, de solo trece carreras, Joan supo ser constante y regular. Sumó su primera victoria en MotoGP en el Gran Premio de Europa, disputado en Cheste, lo que le permitió coronarse Campeón del Mundo de MotoGP una semana después en el mismo trazado, con una carrera de antelación. Su constancia le llevó a sumar siete podios en trece carreras, y frente a esa solidez sus rivales no tuvieron capacidad de respuesta.
En 2021, Joan Mir volvió a pelear por la corona y estuvo en el grupo de candidatos hasta el final. Volvió a hacer notar su regularidad, sumando seis podios esa temporada para concluir tercero en el campeonato, completando una dignísima defensa del título.
La temporada pasada la inició con su determinación habitual, mostrándose consistente en el grupo delantero. Pero tras el Gran Premio de España, su equipo anunció la retirada al finalizar la campaña. Fue un duro mazazo moral para toda la formación, que encaró el resto de la temporada con una profesionalidad ejemplar. Las cosas no fueron fáciles para Joan, que enlazó malos resultados y caídas, y para colmo, en Austria sufrió un fuerte accidente en el que se lesionó de gravedad un tobillo. Estuvo cuatro carreras sin competir, y regresó para las últimas tres carreras de la temporada, aunque pudo despedir el año con una prometedora sexta posición.
Para entonces ya estaba confirmado el futuro de Joan Mir dentro del Repsol Honda Team, un nuevo desafío para su carrera, un nuevo reto que ya, con los colores de la marca, ha iniciado en los habituales test de MotoGP en Sepang.