Cada elemento técnico de una moto se diseña originariamente con una función determinada. En este caso, los frenos sirven para detener la moto, es algo obvio. Si una moto tiene frenos tanto en el tren delantero como en el trasero es porque se necesitan los dos, aunque no es extraño oír a gente, incluso experimentada en el uso de una moto, afirmando que el freno trasero de las motos apenas se utiliza.
Pero esto no es cierto, ni mucho menos. El freno trasero se usa mucho en conducción turística, y mucho más de lo que se puede llegar a imaginar en conducción deportiva, y no solo para que ejerza la función para la que fue diseñado, la de detener la moto. Pero vayamos por partes.
Cómo se frena en MotoGP
En competición, los frenos son el componente más potente de una MotoGP. Por lo general, los pilotos siempre se apoyan en las frenadas en el tren delantero, adecuadamente combinado con un eficaz freno motor, que es necesario regular y que entra en acción al cortar gas y bajar de marchas. Al reducir marchas, el motor sube de revoluciones y puede llevar a empujar la moto cuando lo que se quiere es que frene. Un adecuado ajuste del freno motor, en combinación con el embrague, se convierte en un aliado de los discos de freno, que se encargan de parar la moto. Esta acción recae mayoritariamente en el tren delantero, que dispone de dos enormes discos.
El freno trasero, con un disco de menor diámetro, también actúa y contribuye a la frenada con eficacia. Por un lado, un freno trasero que trabaje de manera eficaz ayuda a mantener la rueda trasera pegada al suelo, evitando que por efecto de la inercia se levante y desequilibre la moto en la frenada. Esto puede llegar a provocar que la moto pierda la línea y el piloto no pueda hacer la trazada deseada, perdiendo tiempo. De alguna manera, el freno trasero ayuda a sujetar la rueda para que no se despegue del suelo.
En el pasado se diseñaron sistemas mecánicos que ayudaban a que la rueda trasera se mantuviera pegada al suelo, como el célebre “boomerang” que Antonio Cobas incorporó a sus diseños en los años ochenta y que permitía que la rueda de atrás siempre estuviera en contacto con el suelo. Ahora, la gestión electrónica de la moto permite que haya una conexión entre todos los elementos que intervienen en la frenada, regulando ese momento. Aun así, es frecuente ver a muchos pilotos que levantan la rueda trasera muchísimo en las frenadas.
Uno de los casos más extremos en cuanto al uso del freno trasero era Nicky Hayden. Montaba un disco exageradamente grande en comparación con el resto de los pilotos, y eso se debía a sus orígenes en el dirt track, donde solo se dispone de freno trasero. Cuando Hayden se pasó a la velocidad –aunque nunca dejó del todo el dirt track- mantuvo sus viejos hábitos con el freno trasero, que empleaba mucho, no solo para frenar, sino también como apoyo para estabilizar la moto, e incluso para ayudar a mantener el régimen de giro del motor.
Principales ventajas del freno trasero
Usado adecuadamente, el freno trasero es una excelente ayuda para que el régimen de giro del motor no decaiga. Hay situaciones en las que para reducir la velocidad no se frena y basta con cortar gas para que esta disminuya, pero al hacerlo el motor baja de régimen y al acelerar de nuevo se pierde el momento de inercia de la moto. Un truco que usan muchos pilotos es pisar el freno trasero sin cortar gas, con lo que se reduce la velocidad pero mantiene el régimen de giro del motor, sin perder ese momento de inercia de la aceleración constante.
El uso del freno trasero también permite realizar frenadas más agresivas y profundas, cuando ya se está con la moto inclinada. En esa situación, un exceso de presión en el tren delantero puede ser fatal y provocar una caída que, por lo general, es difícil de salvar. Por eso, cuando se quiere frenar con la moto inclinada se emplea el freno trasero, porque cualquier problema de falta de agarre se puede resolver y evitar la caída.
Cómo se utiliza el freno trasero
Para poder usar el freno trasero en curva hay que poder accionarlo con la mano izquierda, porque en las curvas a derechas la inclinación que se alcanza y la falta de espacio para meter la bota y pisar la palanca impide que se pueda accionar con el pie. No todos los pilotos están acostumbrados a su uso o se sienten suficientemente cómodos, ya que la mano izquierda tiene ya demasiadas labores que realizar: el simple gesto de destinar un dedo a accionar el freno hace que disminuya la fuerza con la que el piloto se agarra al manillar. Además de agarrarse con fuerza al semimanillar, hay que tener soltura para manejar los botones de la gestión electrónica, los dispositivos de altura variable que se emplean tanto para el tren delantero como para el trasero y el referido freno trasero. Son demasiadas cosas a la vez, y en ocasiones son tareas que se solapan y que requieren de una especial coordinación, sin perder de vista todo lo demás, que no es poco.
Sin embargo, el uso del freno trasero con la mano izquierda no es tan simple como instalar el dispositivo para manejarlo. Para empezar, hay dos tipos de dispositivos: pulsador con el pulgar, o gatillo con el dedo índice. El freno trasero en el semimanillar izquierdo lo empleó por primera vez Mick Doohan, cuya lesión en la pierna derecha le imposibilitaba utilizar el freno en el pie. Fue necesario un largo proceso para dar con el diseño adecuado y su oportuna calibración y ajuste, porque con la mano no se llega a ejercer la misma presión que con el pie. Luego muchos pilotos vieron lo útil que llegaba a ser su uso, y decidieron incorporarlo a sus motos.
En máxima inclinación, el freno trasero ayuda a afianzar una frenada sin poner en riesgo la estabilidad, pero como dijimos antes, también permite que el régimen de giro del motor no decaiga. No todos los pilotos encuentran utilidad a su uso. Marc Márquez comenzó a emplearlo con relativa frecuencia en 2019, pero hasta entonces no había conseguido sacarle un uso extra. Por más que hiciera varias pruebas con él en 2014 y 2016, no terminaba de funcionar mejor que el freno con el pie, pero en la temporada de su último título, Márquez lo comenzó a emplear con más frecuencia, aunque no siempre en carrera, convirtiéndose así en un elemento técnico de apoyo para determinadas situaciones, como cuando se elige un mapa de potencia o un neumático de un determinado compuesto. MotoGP resulta tan complejo y especializado que, a veces, los pequeños detalles son los que marcan las diferencias.