Lo que más me gusta de la nieve es el “carving” a toda velocidad y tumbar como si estuviese en un circuito.
¡Hola amigos de Box Repsol!
Estoy en el Blog del Equipo una vez más para contaros las cosas que más me gustan y que seguro conocéis menos. En invierno con lo que más disfruto es mi pasión por el esquí, una afición que practico desde que tenía 18 años. Mi primera vez fue tras una lesión de tobillo. Fui a los pirineos franceses con un preparador físico y unos amigos. No podía correr, así que me sugirieron entrenar con el esquí de fondo. La experiencia fue bien y un año más tarde estaba comenzando a hacer mis primeros descensos de esquí alpino.
Lo cierto es que me costó aprender porque los esquís de fondo con los que comencé eran largos y finos, con muy poco agarre. No podía derrapar o “carvear” (levantar los esquís para girar) para tomar las curvas, y no podía ir rápido como me gusta a mí. Con el alpino me pasó todo lo contrario, me pareció muy fácil. El segundo día estaba ya “carveando”, ¡inclinándome como si llevara la moto!
Ahora soy yo el que está enseñando a mi hermano a esquiar. Viéndolo a él me imagino lo que se reirían mis amigos conmigo al principio. Cuando empiezas, en un momento u otro acabas rebozado en la nieve y eso es sencillamente tronchante. Además soy de los que prefieren esquiar en grupo, cuando estás en compañía siempre salen nuevas anécdotas y la experiencia es mucho más divertida.
Una de las anécdotas que siempre suelo recordar ocurrió esquiando en Verbier (Suiza). Estábamos tranquilamente para arriba y para abajo en la estación. En una de estas, al bajar de un remonte en lo más alto, en la zona del bar vemos a muchos esquiadores bailando en la nieve como si fuera una discoteca. No entendíamos nada, porque no había música, pero ellos llevaban un ritmo bestial en el cuerpo… así que nos acercamos a ver qué pasaba. Resulta que tenían unos auriculares inalámbricos y había dos dj’s. Podías ponértelos allí sin más y escoger entre los dos tipos de música cambiando el canal de frecuencia. Por un lado había una sesión con chill house y la otra con música disco. Lo chulo fue cuando nos pusimos los auriculares y vimos a todos bailar lo que estábamos escuchando allí en lo alto. Todo esto sabiendo que fuera había gente tomando el sol sin oír nada, ¡el efecto que causaba era sublime! Fue un momento único y lo disfruté mucho.
Hasta la fecha solo he probado el esquí alpino y el de fondo. Todavía no he probado el snowboard o el skimo, pero tengo ganas de hacerlo. Son disciplinas diferentes que ofrecen sensaciones diferentes, y como sabéis, las sensaciones nuevas me encantan. Por ahora lo que más me gusta es el “carving” (esquís más pequeños que los tradicionales para poder girar mejor), ir a toda velocidad y tumbar como si estuviese en un circuito. Lo mejor es disfrutar de una bajada larga, en la que puedes ir cogiendo soltura poco a poco… ¡Y si es un día soleado la sensación es inmejorable!
¿Y a vosotros? ¿Os gusta esquiar? ¡Contadme!
¡Un abrazo!
Dani Pedrosa.