Su estilo limpio y técnico
Allá donde pone el ojo, pone la rueda. Dani siempre ha sido un piloto extremadamente fino, tomando las curvas por las mejores trazadas con una gran pericia. Este estilo de pilotaje protege la rueda del desgaste y permite ganar tiempo. Aunque es cierto que en pista, el samurái no siempre puede tomar la trazada que le gustaría (al estar ocupada por otro piloto, por ejemplo), conocer cuál es la mejor también le ayuda a identificar la segunda mejor opción. Si no puedes ir por el camino que querrías, haz tu propio camino.
Deportividad
Si hay algo que todo el mundo destaca de Dani, tanto fans, como medios, como otros pilotos, eso es que el 26 es un caballero en lo que a la competición se refiere. Cuando está sobre la moto, el respeto por los demás competidores y la seguridad en pista son valores que no se permite dejar de lado. Por esta razón Dani se ha ganado el aprecio y el respeto del paddock.
Tenacidad
Dani es un piloto exigente que siempre intenta dar ese extra en pista. No importa cuántas veces ha estado a punto de lograrlo, el Samurái no se conforma con casi conseguirlo. Su tenacidad es una virtud admirable, sobre todo tras años persiguiendo el título, incluso si no lo ha logrado en la Categoría Reina, el haberlo intentado con tanta constancia es en sí mismo una hazaña difícil de igualar.
Sus números
Los números están de su parte: 31 victorias en MotoGP, 153 podios en todas las categorías que lo colocan como el 3er piloto con más podios de la historia y 2940 puntos que le señalan como el 2º piloto con mayor puntuación total en la Categoría Reina. Añadamos a esto 3 Títulos mundiales, uno en la categoría de 125cc y dos en 250cc, así como 16 temporadas consecutivas ganando al menos una carrera, 12 de estas en MotoGP. Todas estas cifras son el retrato de una carrera tremendamente exitosa en MotoGP, y el aval que le granjea la simpatía de una gran parte de la afición.
Humildad
Aun con todos los éxitos amasados por Dani, él sigue siendo el mismo chico de siempre. Le gusta el ciclismo, Japón y los deportes acuáticos, pasar el tiempo con sus amigos en un ambiente acogedor. Dani no es una persona de grandes pretensiones y eso lo vemos en su forma de trabajar, de celebrar sus éxitos y en cómo trata siempre con los fans, con una sonrisa.
Muy querido
Precisamente los fans de Dani le quieren por todas estas cualidades y muchas otras. Dani ha ilusionado a toda una generación de aficionados al motociclismo que han gritado al unísono: “¡No corres solo!”. El club de fans del piloto de Castellar del Vallés es uno de los más activos y todo un clásico en las gradas de circuitos como MotorLand y Cheste. Las banderas rojiazules con el 26 y el bebé samurái son sus símbolos más queridos, y su apoyo ha sido siempre un pilar fundamental para Dani, para recordarle el esfuerzo y el tesón que le ha costado llegar a donde está, para recordarle siempre que sin importar si está sobre la moto o no, que nunca corre solo.