Era el año del estreno del binomio Repsol Honda en el Mundial de Motociclismo, y el equipo estaba compuesto por el incombustible Mick Doohan, Shinichi Itoh y un piloto español aclamado por los aficionados: Álex Crivillé. Álex ya había conseguido saborear la victoria en el clásico trazado de Assen en el 92, pero todavía tenía mucho más que ofrecer a los aficionados que querían verle ganar un GP en su tierra natal.
El 8 de octubre Mick Doohan ya había conseguido matemáticamente el título de Campeón del Mundo, el primero para el Equipo Repsol Honda. Lo había conseguido en el GP anterior, disputado en Argentina. Crivillé había logrado 5 podios en aquella temporada, uno de ellos en el circuito de Jerez, aunque dónde estuvo a punto de ganar fue en Assen en donde había marcado la pole y la vuelta rápida.
El fin de semana comenzaba con problemas para el piloto español. Una de las motos de Crivillé no terminaba de rendir bien y tuvo que cambiar a la segunda. Los inconvenientes le empujaron hasta la séptima posición de parrilla, mientras que Doohan salía segundo y Shinichi Itoh sexto justo delante de Álex. Los pilotos se apelotonaron en la salida, aglomerándose en unos pocos metros, pero por suerte no hubo toques y las posiciones sufrieron pocos cambios.
Carlos Checa del equipo satélite Honda Pons Repsol rodaba segundo, recortando la distancia que le separaba de Daryl Beattie y su Suzuki. Los pilotos Repsol Honda, más atrás rodaban entre la quinta y octava posición, luchando con otros pilotos por adelantar o mantener su trazada.
Mientras los pilotos en cabeza estaban inmersos en sus batallas y sufrían el desgaste a consecuencia de llevar sus motos al máximo de su rendimiento, Crivillé fue escalando posiciones hasta el cuarto puesto. En ese mismo momento Carlos Checa se ponía primero en la recta de meta, marcando la vuelta rápida del encuentro. El piloto del Honda Pons Repsol llevaba apenas unas pocas carreras disputadas en la categoría de 500cc, sin resultados destacables en las cilindradas inferiores, con lo que su actuación hizo enloquecer al público.
Instantes más tarde, justo al pasar por delante de la tribuna principal Álex Crivillé se ponía tercero, provocando el vitoreo del público. Los aficionados gritaban el unísono: “¡Crivi, Crivi, Crivi!” y el comentarista local se volvía loco de emoción. Mientras, sus compañeros de equipo, Itoh y Doohan se habían quedado descolgados del grupo en cabeza, pero Checa estaba cada vez más lejos y parecía inalcanzable. Su moto eso sí, daba claras muestras del duro desgaste que estaba sufriendo, deslizando cada vez más en las curvas rápidas.
Álex espoleó su NSR500 con la intención de alcanzar a Carlos Checa y meter presión persiguiendo su rueda. Tras una vuelta de infarto volvía a adelantar en la recta, esta vez a Daryl Beattie, poniéndose en segunda posición, a la caza de la cabeza de carrera. Poco a poco fue recortando su tiempo por vuelta, acercándose más y más a la rueda de la primera moto en carrera, y los ánimos del público no hacían sino crecer en dirección al piloto Repsol Honda.
La montura de Carlos comenzó a dar fuertes latigazos por el deslizamiento de la rueda trasera, demostrando que el desgaste sufrido estaba siendo demasiado para el piloto y la máquina. La presión que estaba ejerciendo Crivillé detrás de él no mejoraba la cosa para Checa. A 8 vueltas para el final, esa presión pasó factura al piloto del Honda Pons, cuando un latigazo lo sacó del asiento de la moto y lo forzaba a salir fuera de pista. Así la cabeza de carrera acababa en manos de Álex Crivillé, que veía su deseo de volver a ganar al alcance de la mano.
Unos giros más tarde, Itoh se enzarzaba en una batalla con Loris Capirosi por las posiciones de podio, ambos pilotos comenzaban a acercarse a la cabeza de carrera. Mientras tanto, Crivillé comenzaba a sufrir los mismos problemas que había tenido que enfrentar Checa un poco antes. Sus derrapadas mantenían al público en vilo, asombrados por su dominio, y temerosos de que el piloto pudiese acabar saliéndose de pista.
Cuando ya quedaban pocas vueltas, la tensión era más que evidente, la moto de Crivillé derrapaba hasta los bordes de la pista, levantando humeras de polvo y haciendo que tanto público como el equipo se mordiesen las uñas embargados por la incertidumbre: ¿Conseguiría el piloto español aguantar hasta el final manteniendo ese ritmo?
En la última vuelta, la afición no podía contenerse más, animando con todo al héroe local. Itoh en segunda posición, trataba de destronar a Álex Crivillé en la última vuelta, pero el español defendía su trazada con frenadas al límite. Itoh lograba finalmente adelantar a Álex en la curva de la Caixa, pero al irse largo, perdió la posición rápidamente.
Las últimas 3 curvas hicieron que el público apretase los puños y mantuviese el aliento, a la espera de que Itoh lo volviese a intentar, pero finalmente, Álex lograba la tan ansiada victoria en casa. Shinichi Itoh fue segundo a tan solo 160 milésimas, otorgando a Repsol Honda un magnífico doblete, un final ideal para el primer año en la competición. Loris Capirosi cerraba el podio, y Doohan cruzaba la meta en cuarto lugar.