Aunque el asfalto puede deteriorarse por cuestiones ambientales y por la calidad del terreno, en el caso de un circuito de competición, el tipo de vehículos que corren en él puede ser el factor más determinante. Las MotoGP son muy ligeras y apenas influyen en la degradación del trazado. Pero en ocasiones, estas pistas acogen carreras de F1, turismos ¡e incluso camiones!
En concreto un F1, con toda su potencia y las fuerzas G que genera, somete el asfalto a una gran exigencia en zonas de frenada y curvas rápidas. Esto con el tiempo desplaza y estropea el firme creando baches y grietas. El desgaste también causa el pulido de la superficie haciendo peligrar la adherencia y perjudicando el drenaje del agua. Si bien los baches y las zonas de bajo agarre que surgen de este proceso tienen poco impacto en la conducción de un F1, las MotoGP con sus dos ruedas son otro cantar. No solo está el peligro de que la moto pueda deslizar, sino que además, las vibraciones causadas por una zona de baches puede hacer imposible el pilotaje. Por esta razón, los circuitos del Mundial de Motociclismo deben ser reasfaltados periódicamente, para que los pilotos puedan dar gas y sacar lo máximo de sus monturas.
Reasfaltado de Jerez
La operación de reasfaltar un circuito es toda una odisea logísticamente hablando. Habitualmente hay que eliminar de 20 a 80 milímetros de profundidad del material que compone la pista y poner nuevas capas sobre el hueco, peraltar y trabajar en un drenaje de agua efectivo.
Desventajas del reasfaltado
Un circuito recién reasfaltado puede tener un acabado completamente diferente al que tenía antes del proceso, por lo que para los pilotos es como entrar en territorio desconocido. Las primeras vueltas serán un enigma en cuanto a cómo responderán los neumáticos y por esa razón se debe explorar con cautela.
Si la renovación, ha sido solo parcial, para corregir los tramos más perjudicados, entonces habrá una transición perceptible entre las secciones nuevas y viejas, que puede llegar a ser bastante notable al pasar sobre ella. El asfalto nuevo suele ser una incógnita en cuanto al nivel de agarre que posee, siendo a veces extremadamente alto, pero en otras puede resultar muy escaso al principio. Con el uso, el paso de los neumáticos y la goma que desprenden contribuyen a estabilizar la adherencia. Si tenemos en cuenta esto, un circuito completamente reasfaltado tendrá un agarre diferente y un circuito asfaltado parcialmente obligará al piloto a ajustar su conducción según las exigencias de cada zona.
El peor escenario es que tras un reasfaltado aparezcan más baches de los que había anteriormente, una ocurrencia desafortunada, pero posible. Si no se identifican y corrigen correctamente los problemas, las imperfecciones podrían mantenerse en el nuevo acabado.
Reasfaltado del Circuit Barcelona-Catalunya
Ventajas del reasfaltado
La mayoría de circuitos que se reasfaltan suelen deshacerse de los baches que podrían dar problemas a las motos y presentan un agarre similar en todas las zonas del mismo. También podemos encontrar mejoras en el peralte de algunas curvas que puede ser positivo para algunos pilotos, pero no tanto para otros, dependiendo de su estilo. El drenaje de agua también suele mejorar tras la renovación.
En casos muy afortunados, el agarre podría llegar a sorprendernos, tal como le pasó a Marc Márquez en Sachsenring. Según las propias palabras del 93: “Tienes buen grip pero vas con cuidado porque no sabes lo que te vas a encontrar, pero cuando he empezado a ver que en algunas curvas tocaba con el codo en agua entonces entiendes todo el grip que hay”.
Los técnicos de Michelin tienen un arduo trabajo a la hora de realizar la selección de los neumáticos que se usarán en un circuito reasfaltado, por lo que se suele llevar una amplia gama para estas situaciones. De esta forma se puede analizar mejor el rendimiento y degradación de las gomas.