Las condiciones climatológicas afectan de forma dramática a las ruedas
Desde la salida hasta que llegan a meta, las MotoGP se ven afectadas principalmente por dos factores que afectan de forma importante al desempeño de la moto, la perdida de combustible y el desgaste del neumático. Estas dos cuestiones están estrechamente relacionadas en un equilibrio.
Una RC213V del equipo Repsol Honda comienza la carrera con el depósito lleno de carburante Repsol. Exactamente 22 litros, el máximo permitido por reglamento. Este carburante suma la cantidad de 16,5 kilos al conjunto de moto y piloto, un peso muy a tener en cuenta. A más peso, el vehículo ve disminuido su máximo rendimiento, con una mayor dificultad en alcanzar la velocidad máxima y más inercia que amenaza con empujar la moto fuera de la pista en las curvas…
Esto supondría un problema, si no fuese porque cuando se corre con el depósito lleno también se tiene las ruedas sin desgastar. Los neumáticos, tras el calentamiento inicial, ofrecen un gran agarre durante las primeras vueltas. Cuando tras sufrir castigo, comienzan a desgastarse, el depósito está más vacío, compensando así la pérdida de la prestación de la goma. Las condiciones climatológicas afectan de forma dramática a las ruedas, que en una lluvia intensa sufrirán mucho menos desgaste por las bajas temperaturas y menor velocidad, pero cuidado, ¡un neumático de lluvia se deshará como un trozo de goma de borrar en asfalto seco!
Otro elemento que tenemos que vigilar muy de cerca, son los discos de freno. Estas piezas, habitualmente de carbono o acero, pueden llegar a sufrir un desgaste muy elevado dependiendo de su uso durante la carrera. A grandes temperaturas, el carbono puede llegar incluso a despedazarse, por esta razón en entornos muy calientes como Sepang, o dónde se frena con mucha intensidad como Motegi, es necesario usar discos de freno de un tamaño mayor que distribuyan mejor el calor.
Según vayamos avanzando en la carrera, nuestro depósito irá vaciándose. Esta pérdida de peso hará que el motor requiera de menos fuerza para alcanzar su desempeño máximo, pero a la vez el desgaste de neumático obliga al piloto a moderar su manejo acordemente. Los pilotos más técnicos que hayan cuidado el neumático, pueden aprovechar este momento para conseguir una ligera ventaja, mientras que los más agresivos tendrán que suplirlo con un manejo más preciso, recuperando tiempo en los pequeños detalles.
En definitiva, aunque veamos desde fuera que una moto se comporta igual durante toda la carrera, esto se debe a un peculiar equilibrio entre el consumo de carburante y el desgaste de las ruedas. El piloto es el que debe manejar en todo momento estos dos retos y saber combinarlos para sacar el mejor rendimiento de la moto.