A pesar de lo que se pueda especular, las motos del Mundial de Motoclismo, incluídas las del Equipo Repsol Honda que pilotan Marc Márquez y Pol Espargaró, no usan carburantes con un mayor índice de octanos, ni nada parecido a un combustible de aviación —o para cohetes—, que les proporcione una potencia extra.
Sin embargo, aunque utilizar el carburante de Repsol de Marc o Pol en tu moto de calle no la haría mágicamente más veloz, sí es un carburante especialmente diseñado para soportar elevadas temperaturas y ofrecer un rendimiento general muy alto.
Los carburantes Repsol de los equipos del Mundial de MotoGP deben resultar homologados previamente en Suiza por la FIM. Cada moto del equipo gastará unos 150 litros durante el fin de semana, de modo que el carburante fabricado en el Repsol Technology Lab de Móstoles es referenciado con un código que Dorna puede contrastar para comprobar que no ha sido alterado.
El trabajo está siempre orientado a que las mejoras puedan llegar al consumidor final. Y lo cierto es que las especificaciones del carburante son inmóviles en MotoGP desde hace tiempo. El cambio más reciente se produjo en la cilindrada de los motores en 2012, que pasaron de 800cc a 1.000cc. Este cambio supuso un aumento del consumo del 20%, todo un reto para los científicos e ingenieros ya que, hasta 2016, las motos de fábrica estaban limitadas a un consumo máximo de 20 litros por carrera.
En 2016, con la desaparición de la categoría Open, se unificó la capacidad de los depósitos a 22 litros. Suficiente para completar la distancia de carrera para cualquier motor actual.
El cambio técnico principal se produce en 2016 con la unificación del “software” electrónico a unidades Magneti Marelli. De modo que Honda, suma ya más de veinte años colaborando con el Repsol Technology Lab que desarrolla cada temporada cerca de 50 carburantes diferentes en los motores del laboratorio, sigue apostando por un trabajo de investigación que permite conseguir el mejor carburante y el mejor lubricante posible.