La competición es uno de los principales bancos de pruebas para los técnicos del Repsol Technology Lab
Neumáticos más resistentes
Uno de los elementos en los que pensamos inmediatamente cuando hablamos de competición, son los neumáticos. Aunque usar un neumático de competición en tu día a día sería una locura, los fabricantes sí que desarrollan mejoras que nacen de las investigaciones que se hacen en el Mundial. Se utiliza el análisis de rendimiento en carrera de las gomas para idear compuestos más resistentes y con más agarre.
El resultado es un neumático de mayor duración sin sacrificar adherencia y también dibujos optimizados para la conducción en lluvia. Otra de las mejoras que podemos observar son las gamas de neumáticos asimétricos para motos de travesía, pensados para una mayor vida útil en vehículos que realizan trayectos interurbanos de largo recorrido. Gran parte de estas innovaciones están sin embargo donde no podemos verlas: en el interior de las gomas. Dentro podemos encontrar los novedosos compuestos y procesos de fabricación más sofisticados.
Los mejores materiales
No es ningún secreto que MotoGP es el banco de pruebas para los materiales más avanzados. Lo primero que nos vendrá a la mente es la fibra de carbono, aunque se trata de un material excesivamente costoso para usarlo en motos de calle. Esto no impide que algunos usuarios monten piezas de fibra de carbono en sus monturas con el fin de personalizarlas a su gusto.
El magnesio y el titanio están presentes en piezas concretas que podemos encontrar en motos de mayor rendimiento, pero puede que veamos un uso más extenso en el futuro. El material que mayor desarrollo ha tenido gracias a la competición ha sido el aluminio. Ampliamente usado y aleado para su uso en las carreras, podemos hallarlo en infinidad de componentes en todo tipo de vehículos. Desde llantas hasta brazos de suspensión pasando por piezas de carrocería etc.
La electrónica para las motos más inteligentes
La recolección de datos y cómo adaptar la electrónica para que ofrezca el mayor rendimiento y seguridad, ha sido una pequeña obsesión en el mundo de MotoGP en los últimos años. Toda esta información está dando ya el salto al mercado y muchos modelos de moto cuentan con mapas de motor alternativos.
El desarrollo en plataformas inerciales, giroscopios y otros sensores permiten a los fabricantes construir motos que se adapten de manera inteligente a infinidad de condiciones. Algunas de estas mejoras están limitadas a motos de corte deportivo y de alta gama, pero se están introduciendo a más y más modelos. Las pantallas electrónicas también van a la zaga de las que se usan en competición, ofreciendo datos más precisos y específicos.
Motores más eficientes
Si algo destaca en los motores de competición es su eficiencia y exigencias de consumo. Con tal de ofrecer la mayor potencia dentro de las limitaciones que presenta la competición, los equipos han investigado exhaustivamente la mecánica. El objetivo es ofrecer el máximo rendimiento sin comprometer la duración de los componentes mecánicos sometidos a grandes cargas de trabajo.
De esta forma, la competición permite poner estas piezas en condiciones extremas que permitirán identificar los mejores materiales y cómo hacer que resistan mejor la fricción y el desgaste. También se analizan en profundidad y se han logrado optimizar los sistemas de inyección, logrando un mayor rendimiento y una reducción del consumo en los modelos de calle.
Lubricantes para la mayor protección
Hay un mundo de diferencia entre el aceite de motor de una MotoGP y una moto de calle, sin embargo la competición es uno de los principales bancos de pruebas para los técnicos de lubricantes del Repsol Technology Lab.
El aceite que se usa en la Honda RC213V de Márquez y Lorenzo, es un producto único, específicamente adaptado a su motor y preparado para conseguir la máxima potencia sin comprometer el desgaste. Eso no significa que no comparta algunos aditivos con los aceites de la gama Repsol. Se estima que un aditivo testeado en competición, como un modificador de fricción, necesita unos 4 o 5 años para dar el salto al mercado.
En MotoGP se trabaja con motores avanzados que ofrecen a Repsol un bagaje extraordinario en desarrollar lubricantes para la tecnología más puntera. El aceite de motor no está sujeto al cumplimiento de una especificación lo que permite el uso de todo tipo de tecnologías de formulación y aditivación novedosas, como por ejemplo las nanopartículas. Esto es posible gracias a nuestro compromiso histórico con el mundo de la competición y la colaboración continua con el Equipo Repsol Honda.