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El componente en el que se alcanzan las mayores temperaturas es el motor
En condiciones ideales, cada elemento necesitaría su propio rango de temperaturas para rendir de forma más eficiente, pero como con todo en este deporte, el equilibrio entre el rendimiento y el desgaste de componentes es algo muy delicado. Las partes de la moto están diseñadas para resistir altas temperaturas y poder así funcionar en su margen ideal, pero incluso así sufren un deterioro importante. No hay más que ver las ruedas, las cuales rondan una temperatura de unos 100º para poder tener el agarre óptimo, pero que cuando ruedan por un asfalto que puede alcanzar más de 50º de temperatura se van degradando poco a poco.
La temperatura de las ruedas es alta, sin embargo no es nada comparada con la que llegan a alcanzar unos frenos de carbono a pleno rendimiento. Mientras que las pinzas pueden llegar a los 200º, el rango óptimo de funcionamiento para los discos y las pastillas ronda entre los 200 y 800º, caliente ¿Verdad?
Las suspensiones no llegan a calentarse tanto, especialmente la delantera que suele estar algo por encima de la temperatura ambiente. La suspensión trasera por otro lado suele calentarse mucho más llegando hasta los 70º. Es muy importante realizar mediciones de la temperatura ambiente a la hora de configurar las suspensiones, ya que la viscosidad del aceite que deben llevar varía en función del calor que hace.
El Carburante no debe estar, por reglamento por debajo de 15ºc de la temperatura ambiente. A 15ºc, 1 litro de carburante pesan 0,75 kg, mientras que a 25ºc el mismo peso se corresponde a 1,01 litros, con lo que a más calor, menos carburante podemos meter en el depósito. Este fenómeno ocurre ya que los líquidos se expanden con el calor y se contraen con el frío, Dorna mide la temperatura ambiente una hora antes de la carrera para determinar a qué temperatura se puede tener el combustible.
El piloto debe mantenerse a unos 36,5 grados como mucho, ¡al menos si queremos que termine la carrera en buena salud! En las pruebas más calurosas se pueden llegar a utilizar sistemas de refrigeración en el interior del mono, similares a los que usan los astronautas.
Sin duda el componente en el que se alcanzan las mayores temperaturas es el motor, en dónde el frente de llama alcanza habitualmente los 1800ºc y puede llegar a superar los 2.500ºc. Estas temperaturas, solo se alcanzan en el punto de ignición, pero son suficiente para calentar las cabezas de los pistones a más de 250ºC y las paredes de los cilindros a más de 200ºC. Las válvulas de admisión superan los 250ªc pero las de escape superan los 600ºC, ya que lo gases de escape superan los 700ºC con facilidad.
Las motos cuentan con numerosos sensores para medir las temperaturas en más de 10 puntos. Gracias al sistema de refrigeración y los lubricantes Repsol, los componentes se pueden mantener a temperaturas ideales, asegurando el mejor rendimiento del motor. Honda y Repsol trabajan en conjunto para conseguir los mejores resultados para la competición.