Calor extremo
Si pusiéramos el termómetro en todos los trazados de MotoGP el que daría la mayor temperatura sería sin duda Losail, situado en pleno desierto. Por suerte para los pilotos esta prueba tiene lugar de noche, durante la cual las temperaturas son mucho más bajas. Las carreras nocturnas no están exentas de complicaciones, siendo la principal la visibilidad reducida por la oscuridad.
Para superar esto Losail cuenta con más de 1.000 postes de luz y 3.600 focos. Más de 500 Kms. de cableado conectan todos estos puntos de luz, los cuales enfocan no solo la pista, sino también superficies reflectantes que minimizan las sombras. Reducir la proyección de siluetas es importante ya que pueden despistar a los pilotos y hacerles creer que hay un adversario cerca.
En estas circunstancias algunos pilotos prefieren usar visores con filtros amarillos para mejorar su percepción lumínica, aunque otros prefieren usar los visores claros que se usan en carreras de lluvia.
Correr de noche además exige que los pilotos cambien su rutina acostándose y despertando más tarde de lo normal, pero todas estas molestias valen la pena comparadas con las que suponen el calor extremo.
En lugares como Sepang o Buriram, la temperatura ambiente puede alcanzar 35º C con una humedad que ronda el 95%. Con el fin de prepararse para esto, los pilotos entrenan con más ropa y en las horas de más calor durante las semanas previas a la gira asiática. También ayuda ir a la sauna, pues la sensación de estar en una pista cuyo asfalto alcanza más de 50º C puede ser muy similar.
Es importante así mismo, combatir el riesgo de deshidratación, mediante una dieta especial y la ingesta de más líquidos. Durante la carrera los pilotos cuentan con un depósito de medio litro de agua en la espalda, e incluso así es posible que pierdan entre 1,5 y 2,5 Kg. de peso.
Ya sea en frío o en calor, con lluvia o sol, los pilotos Repsol Honda son expertos en condiciones adversas
La deshidratación puede llegar a causar calambres y desconcentración, pero no solo afecta al piloto. El calor afecta a la mecánica disminuyendo el rendimiento de la moto en varios de sus sistemas. El asfalto caliente también tiende a castigar mucho más las ruedas que se desgastan con más facilidad. Otro componente afectado son los frenos, los cuales podrían sobrecalentarse y romperse si no están adecuadamente expuestos al aire para refrigerarse de forma eficiente.
Lluvia intensa
Aunque la lluvia puede aparecer en cualquier circuito, hay algunos en los que suele hacerlo con más probabilidad. Estamos hablando de lugares como Silverstone o Motegi, en los cuales el tiempo puede dar un giro brusco y pasar del sol a la lluvia en cuestión de minutos. Una carrera en lluvia presenta muchas exigencias específicas que afectan al pilotaje y a los ajustes de la moto.
Por parte del piloto, se debe conducir con mucho más cuidado, accionando el acelerador y el freno con más suavidad. En las curvas no se puede alcanzar la misma inclinación que en seco porque el agarre de las ruedas es menor. En definitiva, el riesgo se multiplica lo que exige más atención y mucha sensibilidad para responder adecuadamente a cada situación.
En un escenario de lluvia, la electrónica juega un papel clave, suavizando el ajuste para que entregue potencia de forma más progresiva y evitar cualquier reacción brusca por parte de la moto. Los neumáticos son sustituidos por gomas de lluvia, más blandos que los slicks, se calientan antes y ofrecen un mayor agarre.
Además los neumáticos de lluvia tienen hendiduras diseñadas para evacuar el agua y evitar el aquaplanning. La suspensión también se ajusta para que esté más blanda y evitar así un tren delantero demasiado firme y crítico en entrada de curva.
El equipo de lluvia que usan los pilotos es diferente al habitual, ofreciendo un equilibrio entre comodidad y seguridad. El casco de lluvia tiene una mayor entrada de aire para evitar la condensación que pueda empañar el visor.
Los visores que se usan en lluvia son más claros pues la luminosidad es inferior en estas situaciones. Rodilleras y coderas más gruesas sirven para que los pilotos puedan calcular un margen más seguro de inclinación, mientras que los guantes más blandos permiten recibir sensaciones más precisas.
Vientos fuertes
El viento puede suponer una complicación para conducir en cualquier situación, pero esto es cierto en Phillip Island más que en ningún lado. El viento del circuito australiano proviene de una corriente fría que baja la temperatura del asfalto en algunos tramos, reduciendo así el agarre de los neumáticos.
El cambio de caliente a frío implica un reto para el pilotaje, pues se pierde adherencia, especialmente en el lado derecho de la rueda. Además, la fuerza de esta corriente puede empujar a los pilotos fuera de la trazada, con lo que es importante mantener un control firme de la dirección. Por si fuera poco, este viento puede traer consigo condiciones meteorológicas impredecibles, desde nieve a un calor veraniego.
Ya sea en frío o en calor, con lluvia o sol, los pilotos Repsol Honda son expertos en condiciones adversas, consiguiendo cosechar victorias y éxitos incluso en las peores condiciones. Esta habilidad para adaptarse a todas las complicaciones climatológicas resulta vital para poder competir por el Mundial hasta la última carrera.