Los lubricantes Repsol están pensados para lo imposible y no es una frase hecha. No hay que pensar mucho para deducir el enorme trabajo de investigación y desarrollo que implica el producir un buen lubricante, ya sea de motor o cualquier otro apartado de un automóvil. Y si miras a la competición, este esfuerzo se multiplica por la competencia entre fabricantes, pero la mejor noticia es que el resultado de ese trabajo termina llegando al usuario en forma de un producto perfecto para el motor.
En el caso del Repsol Rally Team que emplea lubricantes de Repsol, estos tienen su origen en el Repsol Technology Lab, en Móstoles, cerca de Madrid. En sus instalaciones se desarrollan lubricantes de la máxima calidad para resistir las difíciles condiciones del Dakar. Si la altitud a la que se celebra la prueba condiciona el rendimiento de los motores por la composición el aire, éste no es el caso de los lubricantes. Los últimos son completamente sintéticos y se diseñan para ofrecer diferente viscosidad a distintas temperaturas.
Las etapas del Dakar comienzan en el frío de la mañana y la temperatura aumenta considerablemente a lo largo del día, por lo que un lubricante debe ofrecer la fluidez necesaria en el arranque y conservar una alta viscosidad para preservar internamente el motor cuando éste funciona a alta temperatura. En números, los empleados concretamente en la competición corresponden usualmente a un SAE 5W-50 y 10W-60.
El origen sintético de estos lubricantes se traduce en una gran resistencia a la oxidación, algo que se mejora además mediante aditivos de última generación. El mayor enemigo de un motor en una competición como el Dakar es el polvo, además de otros contaminantes. A pesar de su alta resistencia a la oxidación, en un ambiente tan complicado los cambios de aceite se hacen necesarios para preservar los componentes internos del motor. El mantenimiento de los filtros también resulta vital.
Los lubricantes Repsol que empleamos en el Dakar son productos comerciales que se pueden comprar en tiendas especializadas. La competición aporta la experiencia de uso necesaria en condiciones extremas, por lo que resulta la mayor garantía que puede recibir un usuario.
El proceso de desarrollo de un lubricante comienza con ensayos en laboratorio hasta llegar a una formulación idónea para continuar con las pruebas sobre motores, lo que implica una impecable coordinación con los fabricantes de automóviles. Al final, la experiencia de un lubricante sobre un coche de competición implica a menudo un largo trabajo del que tú mismo, más bien tu coche, es el mayor beneficiado.