Suele decirse que la Red Bull Air Race es la Fórmula 1 del aire. Se usa esta comparación porque las carreras de coches son aún mucho más conocidas que las de aviones, y de este modo, cualquier puede hacerse una idea de lo que se va a encontrar.
1. Primera edición en 2003
La Red Bull Air Race se celebró por primera vez en el 2003. A día de hoy, el Campeonato se compone de ocho carreras que se disputan en lugares emblemáticos de Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Japón, Hungría, Rusia, Portugal y Alemania. La mayoría se organizan sobre agua, a excepción de las que sobrevuelan los circuitos de Lausitz y el mítico Indianapolis.
2. En caso de amerizaje…
El hecho de que compitan básicamente sobre el agua les obliga a entrenar la huida de la cabina en caso de amerizaje. Los pilotos suelen usar una piscina para simular la salida del ‘cockpit’ en el caso de que el avión quede invertido sobre el mar o sobre un río.
Foto: Red Bull
3. Juan Velarde, único español
En la presente temporada hay inscritos 14 pilotos, entre los que se encuentra el madrileño Juan Velarde que cuenta con el apoyo y el patrocinio de Repsol. Repsol lleva muchos años a su lado. No solo en la Red Bull Air Race, también en los Mundiales y en los Campeonatos Europeos.
Hay una larga relación y Juan se muestra muy agradecido, pues no es un deporte en el que sea fácil encontrar buenos. El primer español en participar en la Red Bull Air Race fue Alejandro Maclean, uno de los pioneros de la acrobacia aérea en nuestro país.
Foto: Red Bull
4. Red Bull Air Race Challenger Cup
La Red Bull Air Race lleva asociada una competición paralela, la Red Bull Air Race Challenger Cup, que desde el año pasado cuenta con una mujer entre sus participantes. Se trata de la francesa de 35 años Mélaine Astles, cinco veces campeona de acrobacia en su país. Como todos los que forman la parrilla de este Mundial paralelo, Astles aspira a dar el salto a la categoría reina.
5. Recorrido
El objetivo en cada carrera es completar en el menor tiempo posible dos vueltas a un recorrido que suele rondar los seis kilómetros. El trazado está delimitado por pilonas gigantes rellenas de aire que deben rebasarse en un perfecto paralelo. Los pilotos corren en solitario y cada infracción suma segundos al tiempo definitivo.
Aunque alguien pueda pensar lo contrario, no existen dos carreras iguales. Incluso de un año al otro, los circuitos varían, lo que hace todavía más incierto el resultado de cada Campeonato.
Foto: Red Bull
6. Meteorología
Al margen de las características del recorrido, la meteorología puede alterar de manera definitiva el devenir de una carrera. Si en las motos o en los coches la lluvia es capaz de poner patas arriba un gran premio, en la Red Bull Air Race un ligero cambio de viento puede decantar el podio de un lado u otro. No sería la primera vez que uno de los pilotos se deja el campeonato entre las pilonas por un cambio en las corrientes.
7. Formato de la prueba
En cada carrera hay una sesión de entrenamientos, una clasificación y dos rondas que dejan una final a cuatro que es la que termina por decidir el campeonato.
8. Más de 440 km/h
Alcanzan velocidades superiores a los 440 kilómetros por hora (muy por encima de las de Fórmula 1), lo que convierte la Red Bull Air Race en la competición de motor más rápida del planeta.
9. Seguimiento en directo
Si no has seguido nunca una retransmisión de la Red Bull Air Race, te recomendamos que no te pierdas la próxima cita del Mundial. A través de la tele, o de su página web oficial, podrás disfrutar de las maniobras de los pilotos y seguir las clasificaciones al segundo, ya que al avión que está sobre el circuito, se le superponen los aparatos que ya han competido.
1o. Edge 540 y MSX-R
Los pilotos usan dos modelos de avión: el Edge 540 y el MSX-R. Estas naves rondan los 540 kilos y tienen una potencia de unos 300 caballos. Para entenderlo de manera gráfica, disponen de la misma potencia que un autobús pero pesan la mitad que un coche.
Foto: Red Bull