En la Red Bull Aire Race, la competición más rápida del aire, nos encontramos que los motores y hélices están cerrados por reglamento, siendo el mismo para todos los aviones. Esto limita las opciones a la hora de modificar el avión, pero aún y todo, los ingenieros buscan cualquier elemento susceptible de ser mejorado para sacar todo el rendimiento posible a la máquina.
Winglets
Uno de los elementos más adaptables de los aviones son los winglets, apéndices aerodinámicos en el extremo del ala. Estas extensiones están presentes en multitud de aviones comerciales, y el beneficio de que aportan es también de lo más interesante para los veloces aparatos de la RBAR.
Su función es la de redirigir los flujos de aire que recorren las alas del avión. El aire que recorre la parte inferior del ala, se encuentra a mayor presión que el que recorre la parte superior, y la propia forma del ala empuja este aire hacia el exterior de la misma.
Cuando las dos corrientes, se encuentran en el extremo, crean un vórtice que actúa como un freno sobre el vehículo. Los winglets no eliminan del todo este efecto, pero ayudan a canalizar el aire de tal forma que el vórtice sea el mínimo posible.
En una competición tan rápida como la Red Bull Air Race, cada milésima cuenta
No todo es positivo, al fin y al cabo estamos añadiendo más peso al conjunto en un punto muy alejado del centro de gravedad y además estamos ensanchando el avión, lo que complica el paso por pilones.
En los aviones de la RBAR el objetivo de los winglets es el de optimizar el funcionamiento, aumentando la sustentación, mejorando el manejo durante el viraje y aumentando la velocidad de alabeo, también se reduce ligeramente el consumo de combustible. Cada equipo puede montar winglets de diferentes formas, longitudes y tamaños con el objetivo de encontrar la mejor solución que ofrezca ese rendimiento extra en los tramos de viraje sin frenar demasiado el avión en los tramos de mayor velocidad.
La aerodinámica del carenado
La superficie del carenado puede afectar a la aerodinámica de varias maneras, entre ellas, algo tan básico como la suciedad depositada sobre él o pequeñas ranuras en puntos de conexión, pueden generar pequeños vórtices que frenan el vehículo durante el vuelo. Por esta razón los equipos se esmeran en limpiar bien los aviones y cubrir las ranuras con cinta adhesiva.
El carenado en sí mismo también puede verse sujeto a cambios, por un lado para arañar algunas décimas mediante una configuración más aerodinámica, y por otra para facilitar la refrigeración del motor mediante entradas de aire.
Si no se consigue generar un flujo de aire en el interior que baje la temperatura del motor, este podría bajar su rendimiento llegando incluso a averiarse. Si por el contrario deja entrar demasiado aire, el motor se podría enfriar demasiado y además dañaría la aerodinámica del conjunto. Los equipos llegan a crear estructuras internas que permiten una distribución más eficiente del flujo de aire por el interior.
Justo encima del puesto del piloto, como puedes ver en esta infografía del Edge 450 V2 de Juan Velarde, hay una estructura que cierra la cabina compuesta en parte de cristal transparente para facilitar la percepción del entorno. La cúpula puede recibir cambios para aumentar su aerodinámica, aunque solo puede modificarse en función de la altura del piloto y el grosor del casco. Además, realizar alteraciones en este elemento, también obliga a realizarlas en la parte trasera del avión.
Los equipos estudian muy bien las formas y tamaños del carenado para optimizar el flujo de aire lo mejor posible.
Piel de tiburón
Inspirada en la piel de los tiburones reales, una de las mejoras aerodinámicas que se está empezando a usar en la RBAR es cubrir las alas del avión con láminas de un acabado rugoso que imita a la piel de los escualos. La forma de estas rugosidades genera un efecto de sustentación sin llegar a frenar el conjunto redirigiendo el flujo de aire en su beneficio. Este efecto, similar al de una bola de golf, permite además que el aire se desplace con suavidad, permitiendo movernos de forma más eficiente en vuelo.
Disminuir el peso
Todo lo que un avión no tenga que cargar consigo en su vuelo, deja de ser una carga para convertirse en potencia adicional. Aunque estas máquinas están fabricadas en materiales ligeros, como fibra de carbono y titanio, siempre queda algo que sobre, por mínimo que sea. Los equipos llegan a extremos de recortar sobrante de tornillos, usar cables con la longitud justa y necesaria, agujerar paneles y piezas para aligerarlas el máximo posible…
Estos pequeños detalles pueden parecer poca cosa, pero son de gran ayuda para el piloto del Equipo Repsol Juan Velarde y para el resto de pilotos de la Red Bull Air Race. Y es que en su conjunto pueden llegar a suponer un ahorro de varios kilogramos de peso.
Estas son algunas de las mejoras y adaptaciones que los equipos realizan sobre los aviones. En una competición tan rápida como la Red Bull Air Race, cada milésima cuenta y aunque puede que estas adaptaciones no supongan una gran reducción en los tiempos de carrera, sí que pueden suponer la diferencia entre la victoria y la derrota en un margen tan pequeño como los que hay en esta competición.
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