1999 fue el año que marcó un hito inolvidable en el motociclismo español. Álex Crivillé, a lomos de una de las motos más icónicas de la historia, la NSR500, lograba el primer título de Campeón del Mundo de Motociclismo en la Categoría Reina. Fue el primer español en lograrlo y lo hizo acompañado del patrocinio de Repsol.