Una gran parte de las motos que se comercializan en la actualidad poseen un sistema de refrigeración que, mediante un líquido, regula la temperatura de funcionamiento del motor. Ese líquido se denomina refrigerante y circula por un circuito, formado por tubos y conductos, cuyo objetivo es mantener el propulsor a una temperatura óptima durante su funcionamiento y garantizar la fiabilidad.