Es probable que alguna vez te hayas quedado pasmado viendo impresionantes imágenes a través de las cámaras «on board» de Marc Márquez o Pol Espargaró. Gracias a las cámaras digitales para deportes de acción, tú también puedes ser protagonista.
La oferta de cámaras digitales orientadas a la aventura ha crecido notablemente en los últimos tiempos. Su enorme popularidad ha abierto la posibilidad de que cualquiera pueda disfrutar en primera persona de magníficas experiencias y también conservarlas en su archivo. Las cámaras de acción, con una tecnología reducida a la mínima expresión y precios cada día más accesibles, han lanzado a un buen número de usuarios de la motocicleta a recopilar en vídeo sus momentos de mayor diversión, ya sea en vías públicas o en circuitos permanentes de velocidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos detalles para evitar riesgos y obtener el mejor resultado.
El uso de este tipo de cámaras permite realizar tus propias grabaciones con suma facilidad. Revivir la experiencia de rodar en lugares de enorme belleza, es por sí misma una razón de peso para animarte a grabar tus salidas. Por encima de todo, sin embargo, está la perspectiva didáctica de revisar tu comportamiento, la forma en que frenas y trazas las curvas o distintos apartados menores que a menudo pasan desapercibidos.
Las cámaras deben estar perfectamente fijadas, sobre todo si tu recorrido discurre por pistas lejos del asfalto. En carretera o circuito, este punto es particularmente importante por seguridad. Aparte de fijar una perfecta ubicación, es importante contar con un mecanismo que impida que la cámara se desprenda del vehículo. Una compacta cámara de acción puede parecer un objeto de pequeño tamaño y contenido peso, pero si se desprende en marcha puede condicionar la seguridad de quienes circulan detrás de ti.
Existen distintos sistemas para la fijación de cámaras en motocicletas, desde ventosas de gran fiabilidad a láminas adhesivas o materiales de tacto similar a la plastilina. Sea cual sea el que vayas a emplear, debes asegurarte de su perfecto montaje para lograr una perfecta estabilidad y calidad de la imagen. Conviene limpiar de impurezas la superficie donde vayas a ubicar la cámara, además de hacerlo en un lugar en que no se vea condicionada por las vibraciones. Si quieres ir más allá y emular a los pilotos de MotoGP, puedes encontrar soportes estabilizadores mediante giróscopos, con lo que lograrás estabilizar el horizonte.
Por el contrario, visto desde la perspectiva de la seguridad, la fijación de la cámara en el cuerpo del piloto no resulta en absoluto una alternativa aconsejable. Algunos usuarios han adquirido la mala costumbre de ubicar sus cámaras sobre pecho, casco, junto a las rodillas e incluso los codos, todo ello en busca de imágenes más espectaculares aún.
En cuanto al empleo de nuestras cámaras en circuito, práctica de muchos usuarios en sus rodadas, la reglamentación sobre su uso puede variar dependiendo del propio circuito. Así, en el Circuito de Jerez o en la madrileña pista del Jarama se permite montar cámaras sobre las motos, pero por seguridad en ningún caso sobre el cuerpo del piloto. De todas formas, no olvides consultar el reglamento particular de cada instalación al respecto, ya que en Jerez, por ejemplo, tampoco se permite el uso de drones por encontrarse en el espacio aéreo del aeropuerto.
Si nos referimos al uso de cámaras sobre tu moto en vías públicas, la Dirección General de Tráfico no se opone a su uso siempre que estén correctamente fijadas, ya que un desprendimiento accidental podría poner en riesgo a otros usuarios de la vía. Las imágenes obtenidas estarían sujetas a la Ley de Protección de Datos, tal como ocurre en el caso del resto de filmaciones en lugares públicos.