Pocas posesiones te hacen disfrutar tanto como una motocicleta. Conocer cuáles son las partes del motor de una moto te convertirá en un usuario más seguro y eficiente ante cualquier sorpresa mecánica. Se trata de la parte de la moto más importante. Conocer el motor de tu máquina no requiere un profundo análisis. Además, te ayudará a realizar una conducción más efectiva. También podrás alargar su vida útil y rastrear cualquier indicio de avería.
Aunque los motores eléctricos para motos ganan terreno entre las preferencias del público, lo cierto es que la inmensa mayoría de las motos actuales todavía emplea motores de combustión interna.
Ahora que queda atrás la era de los motores de dos tiempos por sus altas emisiones, nos centraremos en los de 4 tiempos.
Pongamos como ejemplo un motor monocilíndrico de cuatro tiempos de un modelo popular para principiantes, la Honda CB125 R.
Características generales de un motor de una moto
La Honda CB125 R monta un motor monocilíndrico de cuatro tiempos, de refrigeración líquida y con caja de cambios de seis velocidades. Si no entiendes mucho de mecánica, la frase anterior te habrá sonado a chino, pero es muy fácil de entender.
Bloque principal
Un motor de combustión interna aprovecha la energía de la expansión de gases producida por la ignición de una mezcla de aire y carburante en una proporción adecuada. En el caso de los motores de gasolina, la ignición se produce mediante la chispa provocada por una bujía momentos antes de que el pistón llegue a su punto más alto (PMS o Punto Muerto Superior). Esto sucede en un lugar conocido como cámara de combustión, que es el espacio creado entre el pistón y la culata y en los motores de cuatro tiempos se da en una de cada dos vueltas del cigüeñal.
El pistón se mueve de forma lineal dentro del cilindro subiendo y bajando entre el PMS y PMI o Punto Muerto Inferior (esa distancia es la carrera del motor), y un cigüeñal conectado el pistón a través de una biela se ocupa de convertir ese movimiento lineal alternativo en rotativo.
Transmisión
El motor gira a velocidades muy elevadas, lo que obliga a reducirlo en varias etapas. La primera etapa es la transmisión primaria, que une un pequeño engranaje conectado a un extremo del cigüeñal con otro de más dientes.
Ese engranaje más grande suele aprovecharse para incluir la campana del embrague cuya función es conectar o desconectar la transmisión de giro del motor a la caja de cambios, dosificándolo a través de la maneta izquierda para poner en movimiento la moto.
A la salida del embrague se conecta un eje con tantos piñones como marchas o velocidades tenga la moto (en nuestro ejemplo particular seis) y, en paralelo con éste eje primario, un secundario con otros tantos piñones que darán diferentes desmultiplicaciones al cambio de marchas.
El mecanismo del selector con mando a través de un pedal por el lado izquierdo del motor se ocupa de engranar la pareja de piñones correspondiente a la marcha seleccionada.
Finalmente, el eje secundario acaba en un piñón (de ataque) que se conecta a una corona en la rueda posterior unidos por una cadena o correa. Este conjunto forma la transmisión final o secundaria.
Alimentación, encendido y distribución
El carburante llega a los cilindros desde un depósito independiente mediante conductos que llevan al sistema de inyección. Este se encarga de pulverizarlo sobre la válvula de admisión cuando esta se abre mezclándose con el aire que viene desde el filtro en una proporción ideal denominada «mezcla estequiométrica» (14’7g de aire por 1g de combustible).
Paralelamente, el sistema de encendido se ocupa de producir la chispa en la bujía en el momento adecuado (un poco antes de alcanzar el pistón su PMS en el ciclo de compresión).
En el caso de la CB125R, el cigüeñal tiene anclada una única biela, con su respectivo pistón en su parte superior (o pie de biela).
La distribución es el mecanismo del motor que se ocupa de introducir la mezcla fresca en la cámara de combustión y extraer de ella los gases quemados. Para ello emplea unas válvulas de admisión o escape que se cierran y abren en la culata.
La sincronización se hace desde el cigüeñal, generalmente por una cadena de distribución conectada a uno (SOHC) o dos árboles de levas (DOHC). Su misión es mover unos balancines o empujadores y, a su vez, estos son los que abren las válvulas empujándolas por sus colas y volviendo estas a su posición cerrada por la acción de un muelle.
Los motores pueden variar en el número de válvulas de que disponen. En función del rendimiento deseado y las condiciones de uso podemos encontrar propulsores con dos, tres, cuatro e incluso cinco válvulas por cilindro. En nuestro caso la CB125R posee un motor SOHC de dos válvulas, una de admisión y otra de escape.
La combustión en el cilindro se repite decenas de veces por segundo. Seguramente, te suenen los términos “régimen de giro” o “revoluciones por minuto”.
Refrigeración y lubricación
La actividad de un motor tiene como inevitable consecuencia una elevada temperatura. Gran cantidad de motores estaban refrigerados por aire en el pasado. Este sistema, pese a su sencillez mecánica, ofrece unos rendimientos inferiores.
Sin embargo, los sistemas de refrigeración líquida logran, mediante una bomba y un radiador, mantener un flujo constante de refrigerante alrededor del motor. Esto ayuda a mantener la temperatura del motor en el punto ideal de funcionamiento.
Si la moto circula por ciudad, la refrigeración del radiador por aire de marcha se reduce. Para compensarlo, un termocontacto activa el electroventilador que fuerza al aire a pasar por el radiador.
El último elemento crucial en un motor es el sistema de lubricación. En la parte inferior del motor encontramos el cárter, donde se deposita el aceite. Este es succionado desde ahí por la bomba de aceite, que, a través de un filtro es enviado a mediante varios conductos a las diferentes partes del motor con una presión determinada. Tras lubricar las partes internas, el aceite gotea de nuevo al cárter.
Una larga vida para tu motor
Aunque tengas más o menos conocimientos de mecánica, hay varios factores que sí tienes al alcance de tu mano desde el primer día. Con ellos asegurarás una larga y feliz vida para el motor de tu moto.
Además del mantenimiento según las instrucciones del fabricante, también puedes perfeccionar tu conducción. Intenta evitar los altos regímenes de giro innecesarios. Conduce siempre en la marcha adecuada y no fuerces las capacidades de tu motor. No solo le asegurarás una buena salud. También ahorrarás carburante y tu experiencia en general resultará más gratificante. Tu economía te agradecerá todo esto.
Gracias por el aviso, Óscar. ¡Arreglado!