Como ya hablamos en nuestro artículo “¿Cuándo tengo que cambiar mi casco?”, su vida útil puede variar en función del mantenimiento que le hagamos, lo mismo pasa con el resto de elementos que usamos a diario para ir en moto; chaqueta, guantes, botas… ya sean de piel, de material sintético, técnico o de cordura, si lo cuidamos podremos disfrutar de su uso durante mucho tiempo.
Empecemos por el casco:
Para limpiarlo por fuera lo adecuado es utilizar agua y jabón neutro con un paño suave y frotar sin presionar, si la limpieza la hacemos periódicamente será como quitarle el polvo, pero si lo vamos dejando es muy probable que los insectos, grasa y suciedad quede incrustada y sea más difícil de quitar. En estos casos es aconsejable primero reblandecer toda esa suciedad poniendo un trapo mojado encima durante unos minutos y posteriormente limpiarlo con suavidad. Podemos utilizar bastones de algodón o un cepillo de dientes para limpiar las entradas y salidas de aire. Existen también productos industriales desengrasantes pero no sirve cualquier cosa, tiene que ser específico y debemos respetar las instrucciones del fabricante. Por último hay que secar cualquier resto de agua o producto utilizado con un paño limpio y suave.
La pantalla merece un cuidado especial, no debemos utilizar productos que a priori nos puedan parecer adecuados para este elemento, como el limpiacristales, esto podría afectar seriamente la superficie eliminando la capa de antivaho o rayándola. Otra vez el agua jabonosa y paño suave es lo ideal. La frecuencia es muy importante porque si dejamos que se acumule el polvo, al limpiarla podemos marcarla y reducir la visibilidad sobre todo de noche o con el sol de cara.
Las gomas son muchas veces las grandes olvidadas de nuestro casco. Normalmente, en los cascos de gama media-alta el fabricante incluye un elemento que muchas veces pasa desapercibido, se trata de una silicona hidratante pensada específicamente para el perfecto ajuste entre la visera y el casco, que además alarga su vida útil y evita que se reseque y pierda flexibilidad.
En cuanto al interior de nuestro casco, actualmente la mayoría de fabricantes los hacen desmontables, con lo que podremos sacar gran parte de los elementos acolchados para lavarlos, una vez más con agua tibia y jabón neutro, y con la ayuda de una esponja. Podemos incluso hacerlo en la bañera y aclarar con abundante agua, pero sin presión. Nada de meterlo en la lavadora, lo estropearíamos casi con total seguridad. Para el secado hay que hacerlo al aire aunque tarde más tiempo, es la única manera de no deteriorarlo. Tampoco se puede poner cerca de radiadores o fuentes de calor para acelerar el proceso.
Si por el contrario nuestro interior no es extraíble, o no queremos desmontarlo, podemos hacernos con un espray o espuma activa que venden específicamente para este uso, normalmente son antibacterianos y en algunos casos antiácaros, antiolor, etc. Pero hay que seguir las indicaciones del fabricante al pie de la letra para obtener un buen resultado.
Por último pero no menos importante es cómo lo guardamos, lo ideal sería que estuviera en su funda o bolsa protectora y siempre debemos tenerlo limpio y seco.
Una vez nos hemos ocupado de nuestro casco no podemos olvidarnos del resto de la equipación, los guantes, botas, pantalones y chaquetas también sufren por el uso y conviene tenerlos en condiciones. Hay que distinguir entre materiales, la piel es uno de los más habituales. La tecnología no solo está presente en nuestra moto, actualmente usamos tejidos sintéticos que no son de piel, con antiabrasión, impermeables, transpirables, térmicos, etc., y hay que tenerlo en cuenta a la hora de tratarlos.
Prendas de piel
En general, el cuero hay que limpiarlo a mano. Lo ideal es humedecerlo con agua y después frotar con un cepillo con detergente neutro, posteriormente es importante el aclarado con abundante agua y dejar que seque al aire, alejado de cualquier fuente de calor y nunca al sol.
Esto sirve tanto para las chaquetas como los pantalones, con la peculiaridad que en el caso de la chaqueta, es probable que se pueda extraer el forro interior y, este sí, meterlo en la lavadora. En cuanto a los guantes y botas se procedería igual, a no ser que el fabricante indique otra manera.
Una vez se ha secado perfectamente es aconsejable aplicar crema hidratante y dejar que la absorba el tiempo que sea necesario.
Prendas de materiales sintéticos
En general las prendas sintéticas permiten meterlas en la lavadora aunque hay que tener en cuenta que los materiales con los que están fabricadas puede que tengan aplicados tratamiento, por ejemplo, de impermeabilidad, o estén diseñadas con mallas transpirables, tejidos 3D, protectores térmicos, etc., entonces hay que prestar atención a los consejos del fabricante y tener en cuenta la temperatura máxima recomendada para el lavado, tipo de detergente y las revoluciones del centrifugado, para no perder las propiedades de la prenda.
Lo importante es extraer todas las protecciones y cerrar las cremalleras antes de meterlas en la lavadora y por supuesto verificar que no queda nada dentro de los bolsillos.
Para el secado es aconsejable tender la prenda en una percha sin dobleces, al aire y sin una fuente de calor directa.
En el caso de los guantes es aconsejable no meterlos en la lavadora y seguir los mismos consejos del fabricante pero esta vez a mano y para secarlos hay que ponerlos con los dedos hacia arriba y una vez estén casi secos ponérselos y cerrar los puños para que vuelvan a coger la forma adecuada.
Las prendas sintéticas no admiten la aplicación de crema hidratante como protección porque podrían dejar de ser transpirables y mermar la impermeabilidad.
Y una última cosa importante para que nuestra equipación nos dure mucho tiempo en perfectas condiciones: cuando la guardemos que esté limpia y seca, dejar una prenda en el armario con restos de insectos o húmeda seria un auténtico desastre.
Foto cabecera: Repsol