Aunque parezca mentira a estas alturas de la vida, de los fallecidos en España el año pasado en accidente de moto fuera de vías urbanas, 10 de ellos no llevaban puesto el casco. La Ley de Tráfico y Seguridad Vial es muy clara a este respecto y advierte que el uso correcto del casco es obligatorio para conductor y pasajero en todo tipo de vías, tanto urbanas como interurbanas, e independientemente de la velocidad a la que se circule. Además, se debe utilizar tanto en motos, como en ciclomotores.
La multa por conducir sin casco una moto o un ciclomotor es semejante a la de circular en coche sin ponerse debidamente el cinturón de seguridad. Por tanto, la sanción es de 200 euros y desde hace aproximadamente un año supone la pérdida de 4 puntos, pues hasta entonces era de 3. Además, el casco que se utilice debe contar con la etiqueta correspondiente de su homologación europea y siempre debe estar correctamente colocado en la cabeza, con su sistema de cierre debidamente abrochado.
¿Desde cuándo es obligatorio llevar el casco en España?
Aunque hoy en día es normal ponernos el casco cada vez que nos subimos a una moto como conductor o como pasajero, hasta 1982 en España no empezó a ser obligatoria su utilización y solo algunas instituciones lo recomendaban. De esta manera, no te podrían poner una multa por no llevar casco en moto. A partir de ese año se hizo forzoso su uso en ambas plazas en motos de más de 125 c. c. tanto en ciudad, como en carretera. Sin embargo, en los modelos de menos de 125 c. c. no era necesario utilizarlo en núcleos urbanos. Para que fuese también obligatorio en este tipo de motos y en ciclomotores hubo que esperar a 1992, tras comprobarse que una gran parte de los heridos y fallecidos en accidentes en vehículos de esas características se producían en ciudad.
Sin embargo, en aquellos años la multa por no llevar casco era considerada leve y suponía una multa de 15.000 pesetas, unos 90 euros hoy en día. Además, todavía no se había establecido el carné por puntos, por lo que el correctivo era solo económico. Sin embargo, ya se exigía que el casco tenía que estar homologado y debía utilizarse convenientemente abrochado en la cabeza.
La obligatoriedad del uso del casco fue más prematura en otros países. Por ejemplo, en 1961 Australia fue la primera nación en decretar una ley que obligaba a utilizar casco a los que montaban en una moto. Del mismo modo, en 1966 se hizo obligatorio en los Estados Unidos, aunque en 1975 se anuló la norma y muchos estados suprimieron aquella norma. Incluso hoy en día existen estados en lo que sigue sin ser imperativo el uso del casco, aunque, por ejemplo, si obligan al uso de gafas. Por lo tanto, no te podrán multar por conducir sin casco, pero sí por hacerlo sin gafas.
Hay excepciones para el uso del casco
A pesar de la obligatoriedad del uso del casco, la DGT tiene establecidas tres situaciones en las que está permitido conducir una moto sin casco. Estas tres exclusiones al uso del casco aparecen en el artículo 119 del Reglamento General de Circulación y deben ser argumentadas por el conductor en el caso de que un agente de la autoridad lo requiera. De este modo los conductores de una moto se pueden quitar el caso al empujar la moto marcha atrás o también durante maniobras de estacionamiento. Igualmente se pueden conducir sin casco motocicletas, triciclos, cuadriciclos y ciclomotores que posean estructuras de autoprotección y cuenten con cinturones de seguridad. En estos casos, debe estar indicado en la tarjeta de inspección técnica y los conductores están obligados a usar el citado cinturón de seguridad en todas las vías. Por otro lado también se puede obviar el uso del casco por indicación médica en el caso de personas discapacitadas y en el de aquellas que posean un certificado de exención por razones médicas graves.
Importancia del uso del casco
El casco es uno de los elementos indispensables a la hora de subir a una moto. Por eso, hay que concienciar de su uso tanto a los novatos que suban a una 125 c. c. como a aquellos conductores con mayor experiencia. Al igual que ocurre con otros elementos de protección diseñados para los usuarios de motos y ciclomotores, como puede ser el airbag, el uso de un casco no evita completamente la posibilidad de lesionarse en caso de caída o accidente, pero reduce el riesgo de lesiones y, en el caso de que se produzcan, ayuda a que su grado sea inferior.
Su historia se remonta a la primera mitad del siglo XX y, en la actualidad, fundamentalmente existen tres tipos de cascos para moto que se catalogan como integrales, modulares y abiertos o jet. De los tres existe una oferta muy amplia con precios muy variados y, lógicamente, con distintas características. Y al igual que ocurre con la mayoría de las cosas materiales que se pueden adquirir, más dinero significa mejores calidades, acabados más cuidados y mayor robustez en los componentes, lo que equivale, en definitiva, a mayor seguridad.
A la hora de elegir un casco es muy importante que elijamos la talla correcta que se ajuste bien a nuestra cabeza y tener muy presente que es un elemento que no dura para toda la vida: requiere un mantenimiento y su duración vendrá marcada por el material con el que está fabricado. Sin embargo, un elemento tan importante para la seguridad merece toda la atención que le podamos dedicar.