Si en su día hiciste las cosas bien y la preparaste antes del confinamiento para soportar el rigor del invierno, no deberías tener muchos problemas para volver a disfrutar de tu moto con unos sencillos pasos que no te llevarán más de cinco minutos. Si no es así, prepárate para su puesta en marcha con esta serie de pasos de nuestra particular desescalada.
Fase 0: revisar el exterior de la moto
En la fase 0 de nuestra desescalada mecánica, lo primero que tendremos que hacer es prestar atención a la imagen exterior de la moto.
Si nuestra moto ha dormido en garaje, este paso será tan sencillo como sacarla a la luz y observar el exterior de nuestra montura para dar un rápido repaso visual, evaluar su estado y proceder a limpiar la superficie del polvo acumulado. Si la moto ha dormido en la calle, es necesario comprobar que no haya recibido ningún golpe y que no le falte ningún elemento exterior. Además de ello, tras tantos días de estacionamiento a la intemperie, es importante observar si se ha generado algún punto de óxido o acumulado polvo y suciedad en puntos clave de nuestra moto y, si es así, será necesaria una buena limpieza de los componentes que han estado sometidos al rigor de la climatología. Sobre todo, revisa las partes inferiores, así como la matrícula. ¡No queremos que nos multen por llevar la placa sucia!
Este primer paso, además de para no mancharnos, nos servirá para no rayar ningún elemento de la moto por los roces.
Fase 1: revisar la batería de la moto
En esta primera fase toca revisar la batería antes de arrancar. Si en su día fuiste precavido y la dejaste desconectada, lo primero que debes hacer es comprobar la carga de la batería. Si en la comprobación de carga la batería da por debajo de 12,5V es muy probable que la moto no arranque, aunque podrías intentarlo. Te aconsejamos que antes de hacer ningún intento des una carga a la batería para evitar problemas mayores. Si dejaste la batería enchufada a un mantenedor de baterías, podrás omitir el primer paso y proceder a conectarla directamente a la moto.
Si, por el contrario, dejaste la batería conectada a la moto, esta se habrá descargado a un nivel en el que será incapaz de arrancar casi con total seguridad, sobre todo, si esta tiene ya un tiempo o ha hecho frio. Si este es tu caso, deberás desconectar la batería y proceder a cargarla.
Sea como sea, recuerda siempre que para quitar una batería lo primero que hay hacer es tener mucho cuidado en su manipulación, puesto que la mayoría de baterías contienen ácido y es corrosivo. Subrayado este punto, hay que desmontar la batería quitando el borne negativo y posteriormente el positivo. Para su montaje lo haremos de forma inversa, primero el positivo y luego el negativo. Lo que si es importante es que los bornes estén limpios y bien apretados y que la carga de la misma se haga en un lugar ventilado y lejos de fuentes de ignición.
Fase 2: comprobar los niveles de lubricante, refrigerante y líquido de frenos
Con la batería ya cargada y a punto, el siguiente paso será la comprobación del estado de los fluidos del vehículo y otros elementos mecánicos. ¡Vamos allá!
Comprueba los niveles de lubricante , refrigerante y líquido de frenos puesto que estos tres líquidos se degradan tanto con el uso como con el tiempo. Si te tocaba cambiarlos en breve, tal vez sea el momento adecuado para hacerlo y dotar así a nuestra moto de un arranque lo más “fresco” posible.
Presta atención también a los neumáticos. Si has movido la moto de forma ocasional no deberías tener problemas con ellos más allá de tener que darles la presión adecuada. Pero si has tenido la moto parada en todo este tiempo es posible que la parte de la goma que estaba en contacto con la superficie haya quedado un poco aplastada, llegando a necesitar, en algunos, casos la sustitución del propio neumático. Si están en buen estado para circular, sé prudente y recuerda limpiar toda la superficie que estará en contacto con el asfalto, la acumulación de polvo afectará en la adherencia de los neumáticos y a nuestra seguridad.
Revisa también la cantidad de carburante. Si dejaste el depósito con muy poca cantidad vete a una estación de servicio y llénalo lo antes posible.
Si tu moto dispone de cadena y no has tenido posibilidad de guardarla en un garaje es importante comprobar su estado, así como limpiarla y engrasarla si fuera necesario.
Como último paso para la puesta a punto de nuestra moto en esta fase 2, procederemos a revisar las suspensiones y los frenos. Lo primero, observar si existe algún tipo de fuga de hidráulico y que los retenes no estén cuarteados en la horquilla. Lo segundo, revisar los discos de freno y, por supuesto, el grosor de las pastillas.
Fase 3: arrancar la moto
Con la parte mecánica ya a punto, llega la hora de arrancar nuestra moto comprobando el correcto funcionamiento del sistema eléctrico. Pon el contacto y procede a arrancar la moto. Si es de inyección, debes primero a poner el contacto durante unos segundos para que la bomba de carburante cebe el circuito. Si todo está en orden, la moto debería arrancar salvo que exista un problema mayor que requiera la intervención de algún profesional. En el caso de que tu moto sea de carburación, puede costarle unos segundos hasta que se llene la cuba del carburador. Trata de arrancar sin acelerar, ya que si abusas del gas podrías llegar a ahogarla. Si la moto no arrancara, comprueba que no sea un problema de suciedad en el interruptor de la pata de cabra o de la maneta de freno, ya que ambos pueden dar problemas tras un tiempo sin usarse. No obstante, recuerda, ¡ten paciencia si cuesta un poco al principio!
Si hemos logrado arrancarla, llega la hora de comprobar el estado de las luces y el funcionamiento de todos los mandos. Todas las lámparas deberían tener los cristales limpios y funcionar sin problemas. Comprueba también la bocina y que todos la información y elementos del panel de instrumentos funciona correctamente. Como último paso, comprueba que tienes todos los papeles en regla y que llevas todo el equipamiento necesario antes de emprender la marcha.
¡A rodar!
Recuerda, tu moto ha estado parada una buena temporada, así que tómatelo con calma. Ve despacio al principio, comprobando que todo funciona correctamente, usando los frenos con suavidad y sin aceleraciones bruscas. Si es necesario, acude a una estación de lavado para acabar de dejar tu montura reluciente y en perfectas condiciones, así como acudir a tu mecánico de confianza si debes realizar alguna operación de mantenimiento que tú no puedas realizar.