Únete 
Únete 
Incluso si se descubriese el secreto de la inmortalidad, todavía habría algo de lo que ningún ser humano podría escapar: los impuestos.
Como en el resto de ámbitos de la vida diaria, si eres entusiasta de la moto, la Administración tiene preparada una extensa y variada selección de tributos estatales, autonómicos y municipales que conforman, por decirlo de alguna manera, el precio de tu libertad sobre dos ruedas.
No cometas, sin embargo, el error de pensar que estamos en contra de pagar impuestos. Gracias a ellos disfrutas de infinidad de servicios públicos que van mucho más allá de los cuerpos y fuerzas de seguridad, el sistema sanitario o las carreteras sobre las que transitas cada día.
Dicho esto, todas las motos nuevas que se venden llevan incluido en su precio el llamado IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), que supone el 21% del valor del vehículo. Hasta el año 2012, el IVA aplicado a los vehículos era del 18%, siendo desde entonces del 21%.
Si se trata de un vehículo de segunda mano transferido entre particulares, no se aplica el IVA. En su lugar se paga el llamado Impuesto de Transacciones Patrimoniales (ITP), que supone el 4% del precio de compra.
Si eres autónomo y demuestras que empleas el vehículo para tu actividad laboral, podrás desgravarte el 50% del IVA de la compra, así como de su mantenimiento. Ocasionalmente puedes llegar al 100%, pero son condiciones difícilmente aplicables a una motocicleta.
Impuesto de matriculación según cilindrada
El Impuesto de Matriculación supone el otro gran gravamen fiscal que debes afrontar al comprarte una moto nueva.
Están exentas de este tributo las motos con cilindrada inferior a 250 cc, por lo que las 125 que se conducen con el carnet B se libran de pagarlo.
A partir de los 250 cc el impuesto de matriculación aumenta en porcentaje en función de las emisiones contaminantes, hasta un máximo que puede llegar al 14’75%.
Poca broma. Todavía no te has sentado en tu moto nueva y podrías llegar a estar pagando el 35% de su valor sólo en impuestos.
Impuesto de circulación
Este es un tributo municipal que se abona anualmente y la buena noticia es que, en comparación con los anteriores, parece calderilla. Su cuantía depende del municipio, pero para que hagas una idea, un scooter de 125 cc paga alrededor de 9 euros al año en una gran ciudad. A mayor cilindrada, mayor es la cantidad a abonar por este tributo.
Seguro de moto
No es un impuesto en sí, aunque deberás contratarlo en todos los casos y su importe también paga tasas. El seguro de tu moto debe ser al menos el obligatorio. Tampoco está mal que incluyas asistencia en carretera porque nunca se sabe.
Puedes optar cubrir adicionalmente robo e incendio, a costa del precio, naturalmente. Por último, puedes asegurar incluso a todo riesgo, pero has de saber que en este caso el precio de la prima se dispara.
Combustible
Como puedes intuir, el carburante de tu moto también tiene impuestos. De hecho, la mayor parte del precio que pagas por cada litro se destina a tributos. Ahí va un desglose general:
Por una parte, tenemos el precio del propio combustible y su correspondiente IVA. También se lleva su parte el llamado Impuesto Especial sobre Carburantes (IE), que se divide en Impuesto Estatal General, Impuesto Nacional Especial y Tramo Autonómico.
Mantenimiento y reparaciones
Tanto las revisiones y como el mantenimiento de tu moto en un taller también incluirán impuestos, más allá del IVA de las piezas y la mano de obra.
También pagarás por el adecuado reciclaje de lubricantes, neumáticos y baterías, entre otros consumibles, aunque no son importes reseñables.
Motos eléctricas: ¿los mismos impuestos?
Aunque no te librarás de pagar el IVA al adquirir una moto eléctrica nueva o del Impuesto de Transacciones Patrimoniales si es de segunda mano, sí conseguirás esquivar otros impuestos.
La mayoría de administraciones autonómicas y municipales subvencionan los impuestos de matriculación y circulación a los vehículos eléctricos, con lo que te estarás ahorrando un dinero. Infórmate sobre las condiciones particulares en tu lugar de residencia.
Aparte, las motos eléctricas pagan un porcentaje de impuestos en los puntos de públicos de carga. Si esta se realiza en casa, también pagarás impuestos en la factura de tu proveedor de electricidad.
Te ahorrarás, por otra parte, los impuestos de carburantes, así como en aceites y lubricantes propios del motor de combustión interna.
No dejarás de pagar, sin embargo, los impuestos correspondientes a los consumibles de la parte ciclo (pastillas de frenos, aceite de horquilla, transmisión, etc…).
No dejes que ningún impuesto te impida disfrutar de tu moto
Nadie dijo que montar en moto fuera una actividad low cost, pero lo cierto es que los gastos derivados en impuestos resultan bastante más asequibles que en un automóvil.
Esta realidad, a ojos de la Administración, no nos deja en la mejor posición precisamente. Una moto reporta en impuestos bastante menos que un automóvil.
Una moto en marcha es, en términos fiscales, un automóvil parado. Para colmo, echemos un vistazo a las ventajas al individuo que proporciona una motocicleta:
Llegas antes a todos los sitios, aparcas sin pagar, ganas tiempo para emplear en lo que te dé la real gana y encima disfrutas del trayecto sólo por el hecho de circular en moto.
Efectivamente, has acertado. Ninguno de los beneficios anteriormente mencionados deja probablemente un solo céntimo a la Administración.
La razón de ello es que disfrutar de una vida mejor por ser motorista, y la felicidad que ello conlleva, no tributan. Así, el motorista todavía cuenta con un margen de impagable beneficio y completamente libre de impuestos.