Si hay algo que caracteriza la obra de Jelena Vicentic es su habilidad para captar y reproducir la velocidad y las sensaciones que produce la libertad de salir en moto.
Nació en 1988 en Belgrado, la capital de la República de Serbia, un país en el que también todo ha cambiado a una gran velocidad en los últimos 25 años. Jelena se graduó en la Facultad de Bellas Artes de esta maravillosa ciudad en la que confluyen los ríos Danubio y Sava. Como ella misma nos explica, siempre se ha sentido atraída por las máquinas “capaces de generar potencia y aceleración”. Por eso en sus dibujos en los que aparece una moto en la carretera no somos capaces de distinguir el fondo ni el paisaje. Porque el escenario es lo de menos, ya sea una puesta de sol, un acantilado maravilloso o la ciudad más bonita del mundo.
Lo que le fascina a nuestra protagonista es la “fuerza, las formas y el aspecto metálico de la moto”. Y en ella dedica todos sus esfuerzos, sin escatimar detalles. Es un gustazo ver lo bien que consigue captar la sensación de velocidad. Para dibujar, según nos cuenta la propia Jelena, primero fotografía la moto, en marcha o detenida, desde distintos ángulos. Esa misma imagen le sirve para realizar después sus dibujos y sus pinturas que luego vende a través de su página web.
Pero su sello no está solo en el movimiento. También en la expresión de los moteros que reproduce, muchos de ellos mujeres. Derrochan personalidad, con una mirada que imprime respeto a cuantos contemplen el dibujo. Para ello, Jelena Vicentic recurre a la pintura acrílica sobre lienzo, pero también al lápiz sobre papel.
La obra de Jelena no solo se centra en las máquinas. También, y sobre todo, en los motociclistas, por los que admite sentir algo especial. Y se nota. En cómo pinta cada curva de las chaquetas de cuero, en cómo mima los reflejos y reproduce las ilustraciones de los cascos. Pero si por algo llegan sus retratos es precisamente por la mirada de sus personajes. Siempre con el casco puesto (porque considera que es la marca registrada de cada uno), los moteros que brotan de la cabeza de esta joven serbia tienen unos ojos arrolladores.
Conforme se iba metiendo cada vez más en las motos, Jelena se dio cuenta de la cantidad de prejuicios que arrastra el mundo de las dos ruedas. De ahí que decidiera que sus obras serían como la vida misma, de un “realismo brutal” que permita saber cómo es realmente un motero y todo lo que tiene que ver con él. Quedó fascinada por la “anatomía de los motociclistas”, por su ropa por “todos los elementos que componen la velocidad o la propia máquina”. “La atracción que siento por todos estos elementos la expreso a través de ni propia poética pictórica”, resume la artista.
En el vídeo de presentación que ha colgado en YouTube nos queda claro que el sobrenombre de ‘reina de la velocidad’ no es ninguna casualidad. Apenas vemos su rostro, e incluso sale pintando con el casco puesto. Aparece una de sus obras más representativas, la de un motero con los pulgares hacia arriba, cuyo reflejo vemos perfectamente en el tanque de gasolina. La escena la reproduce en vivo sobre una moto, una Honda CBR 600F.
Jelena Vicentic nos regala una sensibilidad especial en cada una de sus obras. Es lo que pasa cuando tienes una pasión tan clara -las motos- y una habilidad tan increíble -la pintura y el dibujo-.
Fotos: Jelena Vicentic
I like the efforts you have put in this, regards for all the great content.